El Muñeco Gallardo, con la sangre en el ojo tras la derrota de River ante Estudiantes, habló en conferencia de prensa. Se lo notó caliente, pero bancó la parada y se mostró confiado para la Supercopa Internacional contra Talleres. Reconoció falencias, defendió sus decisiones y dejó en claro que el equipo va por el buen camino, aunque con menos lucidez que Mostaza Merlo en un picado.
El Muñeco Gallardo, post partido con Estudiantes, dejó una conferencia de prensa que más que conferencia parecía un ring side. La derrota caló hondo y, si bien mantuvo la compostura -a lo Passarella tirando una pared-, se le notaba la bronca contenida como si le hubieran anulado un gol legítimo en el minuto 90.
Gallardo, entre la autocrítica y el fastidio
«En qué tono lo preguntás? Yo no cambio el discurso de acuerdo a un resultado…», arrancó el Muñeco, picante como un centro de Ortega. Dejó en claro su malestar por la caída ante el Pincha, justo antes de la Supercopa Internacional contra Talleres. ¿Presión? ¿Mufa? Nah, Gallardo es un tipo curtido, más que Ruggeri en un Mundial.
Si bien reconoció que el resultado no lo dejaba tranquilo, remarcó que por momentos vio en el equipo lo que busca: «Por momentos me gustó lo que vi». Destacó el volumen de juego, algo que venía faltando, pero también la falta de punch en los últimos metros. «Nos faltó más llegadas concretas para poder convertir. Me sentí más conforme con el volumen de juego”, admitió el DT, con una sinceridad brutal, a lo Palermo pateando tres penales en un mismo partido.
El caso Borja y la roja a Enzo Pérez
La ausencia de Borja en el once inicial fue otro tema caliente. Gallardo, fiel a su estilo, no esquivó la pregunta y la respondió con una mezcla de fastidio y autocrítica: “La de Borja es una decisión técnica, cómo yo lo veo. Tenía un problema físico (…) Somos condenados por las decisiones que tomamos, por los resultados”. ¿Se la jugó o erró el cálculo? En el fútbol, como en la vida, a veces se gana y a veces se aprende, decía el Bambino Veira.
Sobre la expulsión de Enzo Pérez, el Muñeco no lo crucificó, pero tampoco le hizo un monumento. Reconoció que el capitán tomó una decisión apresurada, «una jugada aislada» la denominó, aunque bancó su actitud de querer la pelota siempre: «Prefiero jugadores que asuman al responsabilidad de querer la pelota cuando quema y que se equivoquen ahí». Un mensaje claro: garra y personalidad ante todo, como la que tenía el Cholo Simeone en la cancha.
Pensando en la Supercopa
Más allá de la derrota con Estudiantes, Gallardo se mostró confiado para dar el batacazo en Asunción. «Una final siempre te da la ilusión que en un partido así el equipo diga presente», tiró el Muñeco, dejando en claro que River va por todo, con la misma mentalidad ganadora que lo caracteriza desde que llegó al club. El rival no será fácil: Talleres, «un equipo que nos ha exigido mucho», según Gallardo. Pero el Muñeco ya sabe lo que es ganar finales, y su equipo, aunque no esté en su mejor momento, siempre es candidato. ¿Será este el primer título de la segunda era Gallardo? Habrá que esperar y ver, como decía el gran Víctor Hugo Morales.