Miguel Borja está en la cuerda floja en River. Su sequía goleadora y su bajón anímico preocupan a Gallardo y al plantel. El Muñeco lo banca, pero se debate entre seguir poniéndolo de titular o darle un respiro en el banco. La falta de competencia por las lesiones de otros delanteros y la incertidumbre sobre la renovación de su contrato suman presión al colombiano.
Borja, entre la fe del Muñeco y el fantasma del descenso
Miguel Ángel Borja, el Colibrí, está más perdido que el Kun Agüero en un picado de barrio. No es para menos, el delantero colombiano anda con la pólvora mojada y su sequía goleadora tiene a River en vilo. No es solo el penal errado, es la mufa que lo rodea, el lenguaje corporal de perro apaleado y una crisis de confianza que lo tiene al borde del abismo.
Gallardo, como el técnico ganador que es, lo banca a muerte. Sabe que Borja tiene pasta de crack, pero también que la presión lo está comiendo. El Muñeco, cual psicólogo deportivo a lo Bilardo, charló con el delantero para ver si está para seguir de titular o si necesita un descanso en el banco para recuperar la confianza.
¿Es Borja o son los fantasmas de River?
La encuesta de , con miles de hinchas votando como si fuera la final del mundo, mostró que el 54% quiere que Borja siga siendo titular. Claro, con Driussi, Colidio y Ruberto lesionados, el colombiano es lo que hay. «Pobre Migue. Antes la metía hasta con el pelo”, tiró González Pirez, con la sabiduría de un Mostaza Merlo. Y sí, antes metía goles hasta con la mirada, ahora parece que le tiene miedo al arco. ¿Será que la falta de competencia lo aburguesó? ¿O será que la camiseta de River le pesa más que un pase de Palermo a Ruggeri?
Lo cierto es que Borja está en la cornisa. Su contrato vence a fin de año y la renovación, que antes parecía un hecho, ahora está en veremos. Si no levanta cabeza, puede terminar como el Beto Márcico en Ferro: un ídolo caído en desgracia. El tiempo dirá si el Colibrí vuelve a volar o si termina como un barrilete cósmico en la B.
La encrucijada de Gallardo: ¿bancarlo o mandarlo al banco?
La situación de Borja es un dolor de cabeza para Gallardo. Por un lado, necesita goles y el colombiano, en teoría, es su mejor carta. Por otro, su bajón anímico es contagioso y puede afectar al equipo. El Muñeco tiene que decidir si lo sigue bancando a muerte o si lo manda al banco para que se recomponga. Es una decisión difícil, como elegir entre Francescoli y Ortega para patear un penal en el último minuto.
Lo que está claro es que Borja necesita un cambio. Si no recupera la confianza y la voracidad goleadora, su futuro en River está en jaque. El Colibrí tiene que demostrar que todavía puede picar y dejar su huella en el Monumental, sino puede terminar como el Chapulín Colorado: «No contaban con mi astucia… para errar goles».