El Flaco Gareca, con la sabiduría de un Bilardo analizando a la Selección del ’86, le bajó el precio a la impaciencia con Gallardo en River. Bancó al Muñeco, remarcando que lo hecho, hecho está y que volver a esos niveles lleva tiempo. Además, destacó los logros del ciclo actual, como llegar a semis de Libertadores.
Gareca, actual DT de la selección chilena y con pasado riverplatense, habló en ESPN sobre el presente del Millonario y la situación de Marcelo Gallardo. El Tigre, con la tranquilidad que lo caracteriza, analizó el momento del equipo de Núñez y pidió paciencia para el Muñeco, recordando que Roma no se construyó en un día, ni la Máquina de Menotti en una pretemporada.
El análisis del Flaco: un equipo en construcción
«Yo creo que a veces hay una impaciencia y una comparación, porque uno cree que todo lo que hizo Gallardo en esa primera etapa lo va a seguir haciendo», arrancó el Flaco, con una frase que resonó como un bombazo en el Monumental vacío. Para Gareca, la vara quedó altísima después de la era dorada del Muñeco, y es lógico que cueste alcanzar ese nivel de juego de toque toque, al estilo Barcelona del Pep pero a la criolla.
«Se ven cosas importantes, se ve protagonismo… es un equipo que intenta ser protagonista permanentemente; pero tener el nivel de los años anteriores requiere de un tiempo», continuó el Tigre. Palabras que suenan a la sensatez de Mostaza Merlo explicándole a un pibe que recién debuta que esto es un proceso, que hay que meterle huevo y que la magia no aparece de la galera.
Gareca también se refirió a la dificultad de Gallardo para encontrarle la vuelta al equipo: «A veces necesita reacomodarse otra vez. Los planteles cambian, los jugadores cambian y volver a eso requiere de un tiempo, el cuál él puede tener por todo lo que ha logrado». Una defensa al Muñeco al estilo Ruggeri bancando a Caniggia en el ’90, bancando la jerarquía y la experiencia del que sabe.
Y como si fuera poco, Gareca pateó el tablero y nos recordó los logros de Gallardo en este segundo ciclo: «Ni bien llegó, jugó las semifinales de la Copa Libertadores y estuvo a un paso de volver a la final…es algo muy meritorio». Un gol de Palermo en el último minuto para callar a los críticos, un derechazo de afuera del área para recordar que el Muñeco, aunque no esté en su mejor momento, sigue siendo un crack.
La influencia de Napoleón en el Mundo River
Pero el Flaco no se quedó solo en el análisis futbolístico. Con la precisión de un cirujano, diseccionó la figura de Gallardo en el club: «Nadie puede discutir la ascendencia y la influencia que puede tener Gallardo en River. No es fácil lograr lo que el logró en esa primera etapa, tanto desde los títulos, como desde el rendimiento». Una verdad ineludible, tan clara como que el Diego es Dios. Gallardo es River y River es Gallardo, una simbiosis que trasciende lo deportivo.