Gabriel Gago, hincha de Racing baleado en Río de Janeiro antes de la final de la Recopa, relata el dramático suceso y su milagrosa recuperación. Su amor por la Academia, el apoyo del club y la dedicatoria de Costas lo ayudaron a superar la tragedia.
Un hincha de Racing, baleado en Río, cuenta su historia: "Me despedí de mi familia, pensé que me moría"
La vida de Gabriel Gago, fanático de Racing, dio un vuelco dramático la noche previa a la final de la Recopa Sudamericana. Dos delincuentes lo balearon en un intento de robo a su cuñado, dejándolo al borde de la muerte. En una entrevista exclusiva, Gago revive el horror de aquella noche, su lucha por sobrevivir y el incondicional apoyo de Racing, que lo ayudó a salir adelante.
El ataque y la lucha por sobrevivir
"Una me entró y salió por este brazo. La otra se metió por el tórax y me rozó el hígado. El plomo quedó ahí, de por vida", relata Gabriel con una entereza sorprendente, mostrando las cicatrices de aquel fatídico 27 de febrero. "Cuando me miré el pecho, la sangre me salía a chorros, como en una película de guerra. Ahí entendí todo y prácticamente me despedí de mi pareja. Porque sentía que me moría".
Gago pasó cinco días inconsciente tras dos cirugías de alto riesgo. "Me pusieron algo para contener el hígado. Me tuvieron dos días abierto para ver qué pasaba", recuerda. Al despertar, la noticia de la victoria de Racing en la Recopa lo inundó de una alegría que eclipsó incluso su propio cumpleaños. "De golpe, lo que menos me importaba era mi cumpleaños, sino que habíamos sido campeones", confiesa.
El apoyo incondicional de Racing
En medio de la pesadilla, el apoyo de Racing fue un bálsamo para Gabriel y su familia. "Milito y Costas estuvieron con mis hijos, les llevaron una camiseta firmada. En el viaje de vuelta, el plantel cuidó a mis hijos como si fueran de ellos", cuenta emocionado. Recuerda las palabras de Costas al recibirlo en el estadio tras su recuperación: "’Te estábamos esperando’, me dijo. Como si lo estuvieran viviendo a la par mía". Un gesto a lo Bilardo, bancando a muerte a un soldado de la Academia. Y ni hablar de la dedicatoria del título: Un mimo al alma para Gabriel y su familia, un gesto que , como diría el Bambino Veira, "vale más que mil goles".
La garra de un hincha, a prueba de balas
La experiencia cercana a la muerte le cambió la perspectiva a Gabriel. "Hay que parar un poco la pelota. Siempre estamos corriendo atrás de ella, sin disfrutar lo que tenemos", reflexiona. Valora las pequeñas cosas, la familia, los amigos. Y a pesar del trauma, no guarda rencor a sus agresores: "Si yo supiera que lo que me pasó a mí les haría replantearse un montón de cosas, los perdono".
El regreso a la cancha
Aún con secuelas físicas, Gabriel ansía volver a la cancha para alentar a la Academia. "Todavía no pude volver. Me hubiese encantado poder estar contra Fortaleza", lamenta. Y aunque el recuerdo de Río de Janeiro seguramente lo acompañará siempre, su pasión por Racing se mantiene intacta: "Volvería a Brasil, obvio. Racing es una de las cosas que me hacen feliz". Un sentimiento que, como diría Mostaza Merlo, "no se negocia".
El video de la entrevista
Por [Nombre del periodista], para [Nombre del medio].