Chichi Peralta, el colombiano de San Lorenzo, sigue entrenando solo después de que el club le bajara el pulgar por sus repetidas faltas de disciplina. Cúcuta, dueño de su pase, no lo quiere de vuelta y el Ciclón tiene que pagar el préstamo igual. Un quilombo bárbaro.
¿Chichi Peralta a la Selección de influencers? En San Lorenzo ya no lo quieren ni ver
El culebrón de Andrés «Chichi» Peralta y San Lorenzo suma un nuevo capítulo, digno de las mejores novelas mexicanas. El delantero colombiano, que supo meter un gol agónico contra Racing que nos hizo gritar como locos, ahora entrena solito y aislado del plantel profesional. ¿El motivo? Un combo explosivo de incumplimientos contractuales y actos de indisciplina que hicieron explotar a la dirigencia cuerva.
Parece que al Chichi le agarró la gastroenteritis justo para el partido de Copa Argentina contra Sportivo Las Parejas, pero al día siguiente estaba fresquito como una lechuga sacándose fotos con los cracks de la Selección de Brasil en la puerta del hotel. ¿Se acuerdan del Bambino Veira y sus «lesiones diplomáticas»? Bueno, esto parece una versión moderna, pero con más Instagram y menos glamour. Al otro día, ni se gastó en ir a entrenar. Un papelón.
San Lorenzo entre la espada y la pared con el pase de Peralta
La dirigencia del Ciclón, con la paciencia agotada como un árbitro en un clásico, decidió cortar por lo sano y rescindir el préstamo del jugador. Pero acá viene lo bueno: Cúcuta, el club dueño del pase, le cerró la puerta en la cara al colombiano y se niega a recibirlo de vuelta. Estamos hablando de un pase digno del Beto Alonso en sus mejores épocas, pero con un final más parecido al de Caniggia en el ’90.
San Lorenzo, que ya puso la plata del préstamo, ahora tiene que bancarse el contrato del jugador, que encima exige cobrar hasta el último centavo. ¿Estamos ante un nuevo caso Grondona o es simplemente un jugador que perdió la brújula? La situación es tensa y se espera que en los próximos días haya novedades. Mientras tanto, Chichi sigue entrenando en soledad, más solo que Riquelme en un asado de Boca.
El talento desperdiciado de Chichi Peralta en San Lorenzo
Es una lástima, porque el colombiano mostró algunos destellos de calidad en los pocos minutos que jugó. Ese gol a Racing en el Nuevo Gasómetro lo gritamos como si fuera un gol de Palermo en la final de la Libertadores. Pero bueno, como decía Mostaza Merlo: «Pasión sin juego es un fierro oxidado». Y Chichi, con todo el talento que pueda tener, parece haber optado por el óxido. 96 minutos en cinco partidos no justifican semejante quilombo. Habrá que ver cómo termina esta historia, pero por ahora, el futuro del colombiano en Boedo es más incierto que el penal de Goycochea.
