Polémica en Liniers: un penal no cobrado, una mano interpretada como ampliación de volumen del cuerpo, un jugador que casi patea sin autorización del árbitro y una agresión no sancionada. Vélez perdió 1 a 0 contra Sarmiento en un partido cargado de controversia.
Un final de partido para el infarto se vivió en Liniers, donde Vélez cayó derrotado ante Sarmiento por 1 a 0. Pero el resultado quedó en segundo plano ante la catarata de polémicas que se sucedieron en los minutos finales. ¿Nos quieren volver locos? Parecía una obra de teatro dirigida por el mismísimo Eber Ludueña.
Lluvia de polémicas en el Fortín
Sebastián Martínez Beligoy, el árbitro del encuentro, cobró penal para Vélez por una mano de Frías, jugador de Sarmiento. La pelota le pegó en el brazo a corta distancia, pero el juez interpretó que había «ampliación del volumen del cuerpo», una interpretación que dejó a más de uno con la boca abierta. Para colmo, Hernán Mastrángelo, a cargo del VAR, ni se inmutó. ¿Estaba mirando el partido del PSG o qué?
Mientras Michael Santos se preparaba para ejecutar el penal –después de una charla con sus compañeros digna de un cónclave peronista–, Juan Insaurralde, con una amarilla en el bolsillo, intentó modificar el punto del penal. Se armó la batahola, pero Martínez Beligoy, haciendo gala de su paciencia franciscana (o tal vez distraído por una mariposa), no amonestó al Chaco. Insaurralde, un especialista en estas lides, se salió con la suya. Un verdadero Mostaza Merlo en el arte de la viveza criolla.
Y como si fuera poco, Santos pateó el penal… ¡sin que el árbitro lo autorizara! Martínez Beligoy, cual director de orquesta desorientado, se dio cuenta a tiempo y detuvo la ejecución. En el segundo intento, Santos la mandó a la tribuna. ¿Nervios? ¿Presión? ¿O le hizo una brujería el Brujo Manuel?
La frutilla del postre: agresión sin sanción
El festejo de Sarmiento desató un nuevo capítulo en este sainete. Jeremías Vallejos celebró con un puño al aire y recibió un derechazo de Machuca en plena cara. La imagen, digna de un knockout en el Luna Park, fue captada por las cámaras. Pero Mastrángelo, el hombre del VAR, otra vez brilló por su ausencia. ¿Se le habrá cortado el cable? ¿O estaba tomando mate con el cuarto árbitro? La pregunta del millón: ¿Si esto no es roja, qué es? ¿Tenemos que esperar a que haya una fractura expuesta para que se sancione una agresión?
En definitiva, un partido que quedará en el recuerdo no por el juego, sino por las decisiones arbitrales (o la falta de ellas). Un verdadero papelón que nos hace pensar si el VAR sirve para algo o solo es un adorno caro. Como diría el Bambino Veira: «Esto es fútbol, señores». Y en el fútbol argentino, parece que todo puede pasar.