La Academia ya está en Río para la final de la Recopa. Gago probó el equipo y, si bien no confirmó nada, todo indica que va con lo mejor que tiene. El Cilindro de Avellaneda se quedó mudo, pero la ilusión viaja en avión.
Racing llegó a Río y Gago mueve las piezas para la Recopa
La Academia aterrizó en tierras cariocas con la mente puesta en la Recopa Sudamericana. Después de un entrenamiento a puertas cerradas en el Cilindro, Fernando Gago armó las valijas y se llevó a todo el plantel para enfrentar a Botafogo. Si bien el DT se guarda la formación hasta el último minuto, como buen estratega a lo Bilardo, en el predio Tita Mattiussi paró un equipo que da algunas pistas. ¿Se la juega con todo o guarda algo para el torneo local?
El posible once para la gloria
En la práctica de ayer, Gago probó con Arias en el arco; Mura, Sigali, Piovi y Rojas en la defensa; Naja, Moreno, Oroz y Gómez en el mediocampo; y arriba la dupla Romero-Hauche. Un equipo que, a priori, parece ser el titular indiscutido. El clásico 4-3-3 que tan bien le ha dado frutos a la Academia en los últimos tiempos. ¿Será este el once que salte a la cancha del Nilton Santos? Solo Gago lo sabe.
La ilusión de la Recopa
La Recopa es un título que se le escapó a Racing en las últimas dos ocasiones que la disputó. Primero contra River en 2019 y luego contra Independiente del Valle en 2023. Esta vez, la Academia quiere cortar la mala racha y traer la copa a Avellaneda. La hinchada, como siempre, está expectante. Se respira un aire de optimismo, aunque con la cautela propia de un partido tan importante. Sabemos que Botafogo es un rival duro, que juega bien y que tiene a la torcida a su favor. Pero Racing también tiene lo suyo. Tiene un equipo con hambre de gloria, un técnico que sabe lo que quiere y una mística copera que siempre aparece en las difíciles. Como diría el Bambino Veira: "Que la sigan chupando".
El factor local
Jugar en el Nilton Santos nunca es fácil. La presión del público brasileño puede ser un factor determinante. Pero Racing ya ha demostrado que puede jugar bajo presión y obtener buenos resultados en canchas complicadas. Acá no hay pánico escénico, muchachos. Hay que salir a la cancha con la personalidad de siempre y dejar todo. El partido se juega once contra once, y como decía Mostaza Merlo: “Paso a paso”.
Por Juan Pablo Varsky para