Racing le ganó a Independiente 1 a 0 en el Cilindro con un gol de Martirena. Costas lo festejó como un hincha más.
Martirena y un gol que silenció al Libertadores de América
El clásico de Avellaneda tuvo un solo dueño: Racing. Cuando parecía que el Rojo estaba por meter el primero, apareció Gastón Martirena como un fantasma en el área para clavar el 1-0 y desatar la locura de la Academia. La jugada previa, un entrevero en la mitad de la cancha, terminó con la pelota en los pies del goleador que definió con la precisión de un cirujano.
En el Libertadores de América, el silencio era sepulcral del lado local. Del lado visitante, en cambio, era una fiesta. Costas, el técnico, lo gritó como lo gritaría cualquier hincha en la popular, con el alma. Digamos que lo vivió a lo Mostaza Merlo, con la misma pasión y euforia. Un técnico que siente la camiseta, ¿qué más se puede pedir?
El gol de Martirena: ¿obra de arte o avivada?
Racing –
Martirena marcó el 1-0 de Racing
Hay que reconocer que el gol tuvo su cuota de fortuna, como casi todos en el fútbol. Pero también hay que decir que Martirena estuvo ahí, en el momento justo y en el lugar indicado, como diría el Bambino Veira. ¿Estuvo adelantado? Bueno, para eso está el VAR, ¿no? Y si no lo cobraron, por algo será… La cosa es que el gol subió al marcador y desató la alegría académica. Un gol que seguro dará que hablar en los asados de los hinchas de ambos equipos. ¿Fue un golazo a lo Bertoni o un gol con suspenso a lo Palermo en el barro? El debate está abierto.
Las estadísticas, frías como el invierno en el Sur
Las estadísticas del partido, como siempre, quedaron para el análisis posterior. Pero lo que importa es el resultado final. Y en este caso, la Academia se llevó los tres puntos y la gloria. Un clásico es un clásico, y ganarlo no tiene precio.
