Racing sufrió, pero lo dio vuelta ante Banfield: ¿la fórmula del campeón?

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

Racing y Banfield empataron sin goles en un partido flojo en el Cilindro. La Academia no pudo romper el cerrojo del Taladro y dejó pasar la chance de acercarse a la punta. Chiquito Romero se lució con varias atajadas clave.

Racing y Banfield igualaron sin goles en Avellaneda

En un partido más frío que abrazo de suegra, Racing y Banfield igualaron 0 a 0 en el Cilindro. La Academia, con la obligación de ganar para no perderle pisada al puntero, chocó contra un Taladro bien parado atrás y con un Chiquito Romero en modo «ataja penales hasta en los entrenamientos».

El Cilindro, una caldera apagada

El ambiente en el estadio era el de una final, pero el partido se pareció más a un amistoso de pretemporada. Racing, con más ganas que ideas, intentó llegar al arco rival pero se encontró con una defensa del Taladro cerrada como boliche en día de semana. Banfield, por su parte, apostó al contragolpe y tuvo algunas chances para amargarle la tarde a los locales.

Chiquito Romero, la figura de la cancha

Si Banfield se llevó un punto del Cilindro, gran parte del mérito fue de su arquero. Chiquito Romero, con la experiencia de un caudillo y los reflejos de un pibe de 20, tapó todo lo que le tiraron. «Fue clave para mantener el arco en cero», diría el técnico del Taladro después del partido, y no le faltaba razón. Atajadas como las de Romero son las que te hacen acordar a los grandes, a esos arqueros que te ganaban partidos solos, como el Pato Fillol en sus mejores épocas.

Racing, con la pólvora mojada

La Academia tuvo la pelota, pero no supo qué hacer con ella. Generó algunas situaciones de peligro, pero le faltó la puntada final. Parecía que los delanteros estaban jugando con botines de plomo, como si hubieran comido un guiso cargado antes del partido. «Nos faltó contundencia», reconoció el técnico de Racing, masticando bronca. Y sí, cuando no convertís, es difícil ganar. Es como ir a un asado y que te toque la ensalada.

Un empate que deja sabor a poco

El 0 a 0 final dejó a ambos equipos con un sabor amargo en la boca. Racing, porque perdió la chance de acercarse a la punta y quedó con la sensación de haber desperdiciado una oportunidad. Banfield, porque si bien sumó un punto importante de visitante, podría haber aspirado a algo más si se animaba un poco más. Al final, un empate que sirve para las estadísticas, pero que no le cambia la vida a nadie. Como dicen en el barrio: «partido para el olvido».

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