Riestra y Platense empataron sin goles en un partido áspero. El Calamar mereció más pero no pudo romper el cero. Riestra terminó con diez por la expulsión de Acuña.
En el Bajo Flores, Riestra y Platense igualaron sin goles en un partido trabado y con pocas emociones. El «Calamar» tuvo las más claras pero se topó con una defensa local sólida y un arquero, Matías Vega, que respondió cada vez que lo llamaron. ¿Fue un partido digno de un Boca – River? No, ni cerca, pero tuvo lo suyo.
Un cero a cero con sabor a poco para el Calamar
Platense arrancó mejor, con más ímpetu, buscando el arco rival como si fuera el último minuto del partido. Pero le faltó esa puntada final, ese toque de magia que tienen los cracks como el «Burrito» Ortega para abrir el marcador. Generó algunas situaciones de peligro, sobre todo por las bandas, pero no logró concretar. Parecía que el gol estaba al caer, pero el arco de Riestra parecía tener un candado inexpugnable.
Riestra aguantó con 10 y se llevó un punto
El local, por su parte, se dedicó a esperar y a apostar al contragolpe. No brilló, pero tampoco se achicó. Con el correr de los minutos, el partido se fue emparejando y se convirtió en una lucha en la mitad de la cancha. La expulsión de Jonathan Acuña en Riestra, a los 25 minutos del segundo tiempo, por doble amarilla (una de ellas por protestar, como si fuera Mostaza Merlo), le dio una nueva vida al «Calamar». Sin embargo, la visita no supo aprovechar la ventaja numérica y el partido terminó en un empate sin goles que dejó un sabor amargo para ambos. Platense mereció más, pero en el fútbol no siempre gana el que juega mejor. A veces, como decía el Bambino Veira, «el que hace un gol gana, y el que hace dos, gana dos veces». Y acá, nadie hizo goles.
El arbitraje, en la mira… ¿o no?
El arbitraje de Sebastián Zunino no tuvo grandes polémicas, aunque alguna que otra decisión discutida siempre hay. No fue un desastre como la final del Mundial ’78, pero tampoco una obra maestra como la dirección de Bianchi en Boca. Digamos que pasó sin pena ni gloria, como un lateral de Clemente Rodríguez.