River, con la billetera más gorda que el Chavo del 8 después de comerse una torta de jamón, se llenó de refuerzos. Pero en la delantera, mamita querida… ¡Borja está más solo que el Kun Agüero en un picado con robots! Driussi y Colidio lesionados, Ruberto afuera por un rato largo y Tapia más perdido que turco en la neblina. ¿Acertará Gallardo con los próximos delanteros o seguirá la sequía goleadora?
El Muñeco y la maldición del 9: ¿Se le cerró el arco a River?
River invirtió más que jeque árabe en refuerzos. Se trajo a Castaño, un jugador que promete más que el Bambino Veira en sus épocas mozas, y repatrió figuras que parecían olvidadas como medialuna en la panadería un lunes. Pero hay un problema, un problemón diría yo, que tiene a Gallardo con más insomnio que árbitro en un Superclásico: la falta de gol.
Borja, el llanero solitario en el área
Miguel Borja, el Colibrí, está más solo que Adán en el día de la madre. Driussi y Colidio, dos que prometían más que recital de los Redondos, están en boxes con sendos desgarros. Ruberto, un pibe con futuro de crack, se lesionó para todo el semestre y Tapia… bueno, digamos que Tapia todavía no demostró ni la mitad de lo que se esperaba. Y así, con un Borja en baja forma y sin recambio potable, River sufre una sequía goleadora que preocupa más que la inflación al ministro de economía.
Los delanteros que pasaron sin pena ni gloria
No es que Gallardo sea un mago que siempre saca conejos de la galera. Desde la llegada de Matías Suárez, allá por el 2019, la cosa en la delantera viene complicada. Romero, Fontana, Rondón, Bareiro… nombres que costaron buena plata pero que no rindieron lo esperado. Parecía que se olvidaban de hacer goles ni bien se ponían la Banda Roja. Un caso aparte es el de Solari, que si bien metió algunos goles importantes, tampoco terminó de convencer del todo. Como diría el Bambino: "el gol es como el asado, hay que saber hacerlo". Y en River, parece que la receta se perdió.
La esperanza en los pibes
Con los refuerzos que no funcionaron y la billetera un poco más flaca, en Núñez empiezan a mirar con cariño a los pibes de las inferiores. Ruberto, Dadin, Nasif… nombres que ilusionan como un Boca – River con entradas a precio popular. Son el futuro, claro, pero ¿podrán bancar la presión de la Primera en un club tan exigente como River? ¿Serán la solución a la falta de gol o terminarán como el último refuerzo de Independiente, a préstamo en la B Metropolitana?
¿Se le acabaron las balas al Muñeco?
Gallardo, un técnico que siempre se caracterizó por su astucia y su capacidad para reinventarse, parece haber perdido la brújula a la hora de elegir delanteros. Tapia y Driussi, dos apuestas fuertes, todavía no rindieron lo esperado. ¿Podrá el Muñeco encontrar la fórmula para que River vuelva a ser una máquina de hacer goles o tendremos que conformarnos con empates a cero y victorias por la mínima? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, los hinchas esperamos con ansias que vuelva el River del Paladar Negro, ese que goleaba y gustaba a lo Mostaza Merlo en Racing. Porque como diría el gran Eber Ludueña: "El fútbol es así, a veces se gana y a veces… también".
Los números que preocupan en Núñez
- Fontana (2021): 15 partidos, 0 goles, 0 asistencias. Un fantasma.
- Romero (2021): 52 partidos, 15 goles, 4 asistencias. Arrancó como un avión y terminó como un barrilete sin hilo.
- Borja (2022): 121 partidos, 56 goles, 7 asistencias. El goleador del equipo, pero con menos efectividad que penal pateado por Palermo.
- Solari (2022): 110 partidos, 30 goles, 17 asistencias. Alternó buenas y malas, como el clima en Buenos Aires.
- Rondón (2023): 35 partidos, 10 goles, 0 asistencias. Vino con cartel de estrella y se fue por la puerta de atrás.
- Colidio (2023): 76 partidos, 21 goles, 6 asistencias. Otro que prometía mucho y terminó decepcionando.
- Bareiro (2024): 16 partidos, 0 goles, 0 asistencias. Más perdido que Tevez en un entrenamiento del Manchester City.
- Driussi (2025): 8 partidos, 0 goles, 0 asistencias. Recién llegado, pero con la obligación de romperla.
- Tapia (2025): 7 partidos, 0 goles, 0 asistencias. Una incógnita que por ahora no despeja dudas.
