Kevin Castaño ya es jugador de River. El colombiano firmó contrato hasta 2028 y posó con la banda roja tras una negociación que dejó varios verdes en la mesa: 13.8 millones de dólares.
Castaño, con la banda y el peso de los millones
La imagen habla por sí sola: Kevin Castaño, sonrisa de oreja a oreja, abrazado a su padre en el Monumental y luciendo la camiseta de River. Una foto que se viralizó más rápido que un contragolpe de Julián Álvarez y que confirma lo que era un secreto a voces: el colombiano es el nuevo refuerzo del Millonario. Y no, no llegó por dos mangos con cincuenta. La operación se cerró en 13.8 millones de dólares, una cifra que lo pone bajo la lupa desde el minuto cero. ¿Será Castaño el nuevo «Muñeco» Gallardo o terminará como un refuerzo más que pasó sin pena ni gloria? El tiempo, como dicen los que saben, dirá.
Una apuesta fuerte: ¿Pagó River demás?
La inversión es considerable, una de esas que te hacen sudar frío. Casi 14 palos verdes por un jugador que, si bien promete, todavía tiene que demostrar que puede rendir en un grande como River. Es como patear un penal en el último minuto de una final: o la metés en el ángulo y te convertís en héroe, o la tirás afuera y te comés un garrón monumental.
Algunos dirán que es una locura, que Demichelis se voló la térmica con este fichaje y que con esa plata se podrían haber traído dos o tres refuerzos de jerarquía. Pero bueno, en el fútbol la guita vuela y a veces hay que arriesgar para ganar. Es como cuando Bilardo apostó por Maradona en el 86: muchos lo criticaron, pero al final el Diego les tapó la boca a todos. ¿Podrá Castaño hacer lo mismo?
La 22 y el sueño del pibe
Castaño firmó hasta diciembre de 2028 y usará la 22, un número con historia en el club. Se dice por ahí que desde chiquito soñaba con ponerse la banda roja, que hasta se probó la camiseta cuando tenía cinco años. Si es cierto o no, poco importa. Lo que importa es que ahora tiene la chance de hacer realidad sus sueños y de demostrar que está a la altura de las circunstancias.
La presión es grande, la expectativa aún mayor. Pero como decía el Bambino Veira: «El que no arriesga, no gana». Ahora le toca a Castaño demostrar que vale lo que se pagó por él. Que no se achica ante los desafíos y que puede ser el jugador que River necesita para seguir cosechando títulos.