River la rompió toda en el mercado de pases, gastando más de 50 palos verdes con la llegada de Castaño. ¿Será Castaño el nuevo «Príncipe» Francescoli o terminará como el «Burrito» Ortega en su segunda etapa? Solo el tiempo lo dirá.
River, un mercado de pases a lo campeón del mundo
Con la llegada de Kevin Castaño, River Plate no solo se aseguró un volante con proyección, sino que también rompió el chanchito. Los casi 14 millones de dólares que desembolsó por el colombiano lo ubican como la segunda compra más cara de la historia del club, pisándole los talones al mismísimo Lucas Pratto. Y con esta incorporación, el total invertido desde el regreso del Muñeco Gallardo supera los 53 millones de dólares. ¡Una locura!
¿Castaño, la joya de la corona?
Castaño llega con el cartel de crack, pero la pregunta del millón es: ¿podrá rendir con la banda roja? La presión en River no es para cualquiera, y más con semejante inversión. Acá no hay amistosos, papá. Es como jugar un Superclásico todos los fines de semana. Recordemos a jugadores que llegaron como figuras y se fueron por la puerta de atrás… ¿Se acuerdan del Malevo Ferreyra? Ojo, no estamos mufando, eh. Simplemente decimos que la historia del fútbol argentino está llena de sorpresas.
Gallardo y la apuesta a futuro
Desde la vuelta del Napoleón, River se acostumbró a pelear por todo. Y para eso, hay que invertir. Los más de 50 millones de dólares gastados en refuerzos demuestran la ambición del club. Claro, algunos dirán que es una apuesta arriesgada. Pero, ¿quién no arriesga no gana, no? Es como patear un penal en el minuto 90: o sos héroe o villano. Y Gallardo, como buen estratega, sabe que para ganar hay que tener un equipazo.
El Monumental, una caldera a punto de explotar
Con la llegada de Castaño, la expectativa en el Monumental está por las nubes. La hinchada sueña con volver a gritar campeón, y con este refuerzo, el equipo tiene más chances que nunca. Ahora solo queda esperar que el colombiano se adapte rápido y demuestre todo su potencial. ¡Que la magia del Muñeco lo ilumine! Porque si Castaño la rompe, este River puede ser imparable, como el Barcelona de Guardiola en sus mejores épocas.
