River volvió a los entrenamientos con la cabeza puesta en el partido contra Newell’s, con algunas dudas en el equipo titular y la posible vuelta de Enzo Pérez a la mitad de la cancha. Demichelis analiza variantes y el Monumental se prepara para una fiesta.
El Millonario arrancó con todo pensando en la Lepra.
Después del triunfazo contra Sarmiento en Junín, que lo dejó como único puntero del campeonato, River volvió a los entrenamientos en Ezeiza. Con la mente puesta en Newell’s, el plantel de Martín Demichelis ya empezó a palpitar lo que será el encuentro del domingo a las 20:30 en el Monumental, un estadio que seguramente explotará como en los viejos tiempos del Enzo Francescoli, un partido clave para seguir prendidos arriba en la tabla.
¿Vuelve Enzo Pérez a la titularidad?
Una de las grandes incógnitas que se plantea en el mundo River es el posible regreso de Enzo Pérez al once inicial. El capitán, un jugador con más experiencia que el Chavo Fucks jugando al Counter Strike, viene recuperándose de una sinovitis en la rodilla derecha y Micho lo está evaluando para ver si lo pone de arranque. Si Enzo está al 100%, es un fija como Mascherano en la Selección, pero Demichelis no lo va a arriesgar si no lo ve al tope de sus condiciones.
Por otro lado, el técnico deberá decidir si mantiene el esquema con cinco defensores que utilizó contra Sarmiento o si vuelve a la línea de cuatro. Ahí es donde se abre el debate, ¿meter más gente en el fondo o salir a atacar como si fuéramos el Barcelona de Guardiola? La decisión final dependerá del rival y también de cómo vea a sus jugadores durante la semana. Hay que ser estrategas como Bielsa, muchachos.
El Monumental, una caldera
Más allá de lo futbolístico, en River se vive un clima de fiesta. El Monumental se prepara para recibir a más de 72.000 hinchas que agotaron las entradas en tiempo récord, una muestra más del fervor que genera este equipo. La gente está como loca, más eufórica que el Bambino Veira festejando un gol en el último minuto. Se espera un recibimiento espectacular para los jugadores, un aliento ensordecedor durante los 90 minutos y, ojalá, un festejo a la altura de la pasión millonaria. El domingo, el Monumental será una caldera.