River ganó de local contra Atlético Tucumán con un ajustado 1-0 gracias a un gol de Colidio en el segundo tiempo. El Millonario dominó el partido y generó numerosas situaciones de gol, pero la falta de puntería y las atajadas de Durso mantuvieron el suspenso hasta el final.
River ganó, pero… ¿jugando así, le alcanza?
El Millonario se llevó los tres puntos en el Monumental ante Atlético Tucumán, pero la victoria por la mínima (1-0) dejó más dudas que certezas. Si bien el equipo del Muñeco dominó el encuentro de principio a fin, la falta de efectividad de cara al arco rival casi le juega una mala pasada. Recién a los 34 minutos del complemento, Facundo Colidio, con una definición que por poco no se va a la tribuna como un centro de Mostaza Merlo, pudo romper el cero y desatar el festejo contenido de la hinchada.
Un monólogo con final feliz… a medias
El partido fue un verdadero monólogo riverplatense. Desde el arranque, el equipo generó situaciones claras de gol, pero entre la impericia de los delanteros y las notables intervenciones del arquero tucumano, Tomás Durso – figura de la cancha, hay que decirlo –, el gol se hacía desear. Colidio, Borja, Aliendro… todos tuvieron su chance, pero la pelota no quería entrar. Hasta un doble chance increíble se erró el Millonario, que en el primer tiempo parecía el Barcelona de Guardiola pero sin puntería. ¿Te acordás del Beto Alonso gambeteando a medio Rosario Central? Bueno, así pero sin gol.
El desahogo y la incertidumbre
El gol de Colidio, un zurdazo que por poco no se convierte en un pase a la nada, finalmente llegó para darle la victoria a River. Un desahogo para el equipo y para los hinchas, que ya empezaban a impacientarse. Sin embargo, el ajustado resultado y las dificultades para concretar las situaciones de gol dejaron un sabor agridulce. ¿Le alcanzará a River con este nivel para pelear el campeonato? Es la pregunta que se hacen todos en Núñez. Como diría el Bambino Veira: «Fútbol champagne… sin la copa».
Los videos del partido: un festival de goles errados
Acá les dejamos las pruebas del delito, digo, de las situaciones de gol que tuvo River. Imperdible la atajada de Armani – que por suerte tuvo poco trabajo – y la doble tapada de Durso que evitó lo que parecía un gol cantado. Mírenlas y saquen sus propias conclusiones.
Por: Juan Román ()
