Maxi Salas, el revulsivo que le cambió la cara a la delantera, metió un pase gol y liquidó el partido con un golazo. Entró con hambre de gloria y se comió la cancha.
¿Maxi Salas, el nuevo Bochini? Parece que la magia volvió a la cancha
Entró con más ganas que Bochini a un picado de barrio y en un abrir y cerrar de ojos, Maxi Salas le cambió la cara al equipo. Reemplazó al lesionado Santiago Quirós a los 41 minutos y, como si fuera un Diego Armando Maradona reencarnado en Villa Crespo, revolucionó el ataque.
Con una gambeta endiablada y un empuje que contagió a todo el equipo, Salas se convirtió en la figura del partido. Primero, con una asistencia milimétrica para Mura que terminó en gol. Un pase de esos que te hacen acordar al Beto Alonso en sus mejores épocas. Después, el propio Maxi se encargó de liquidar el pleito con un golazo que dejó al arquero pagando. ¿Un golazo? ¡Un golazo de otro partido! Como decía el Bambino Veira: «la pelota siempre al 10… ¡y que la meta!».
Un cambio que valió oro
La entrada de Salas fue un punto de inflexión. El equipo pasó de estar dormido a ser una tromba. ¿Será que el técnico lo tenía guardado para el segundo tiempo, como hacía Bilardo con el burrito Ortega? Lo cierto es que la apuesta le salió redonda. Maxi entró y demostró que tiene pasta de crack. Con su atrevimiento y su capacidad para generar peligro, le dio al equipo lo que le faltaba: gol y espectáculo.
«Entró a los 41′ por el lesionado Santiago Quirós. Ingresó por Quirós y enseguida, con su empuje y atrevimiento, fue revulsivo. Mandó el pase por bajo que derivó en Mura, autor del gol. Y metió el del 2-0 que liquidó el partido. Le cambió la cara al ataque.»
Ya lo dijo Mostaza Merlo: “paso a paso”. Habrá que ver si Maxi Salas puede mantener este nivel, pero lo de hoy fue una actuación para el recuerdo. Una actuación que ilusiona a los hinchas y que deja en claro que el pibe tiene mucho para dar.
