San Lorenzo, con la clasificación a octavos de la Copa de la Liga a tiro, busca romper la mufa histórica y meterse por primera vez entre los ocho mejores. Si le gana a Atlético Tucumán el sábado, se asegura el pasaje y la posibilidad de soñar con la localía en la siguiente fase.
San Lorenzo a un paso de la gloria: ¿Se acaba la maldición en la Copa de la Liga?
El Ciclón, un equipo que supo tener épocas doradas, viene remando en dulce de leche en los últimos años. La paciencia del hincha, curtida a base de sinsabores y frustraciones dignas de un penal errado por Palermo en la final del mundo, está al límite. Pero ojo, que con Miguel Ángel Russo al mando, el equipo parece haber encontrado un rumbo, una brújula en medio de la tormenta, aunque los fantasmas del pasado aún acechan.
¿Se rompe la mufa? San Lorenzo busca hacer historia
Esta Copa de la Liga representa una oportunidad única para San Lorenzo. De las cinco ediciones anteriores, el Cuervo nunca logró pasar la primera fase, un karma que pesa como una mochila llena de piedras. Sin embargo, este sábado, frente a Atlético Tucumán en el Nuevo Gasómetro, el equipo tiene la chance de romper el maleficio y meterse entre los ocho mejores por primera vez en la historia.
Una victoria ante el Decano tucumano garantizaría la clasificación con tres fechas de anticipación, un escenario que ni el más optimista hincha hubiera imaginado hace un tiempo. Y no solo eso, quedar entre los cuatro primeros aseguraría la localía en octavos, una ventaja clave en instancias definitorias. Como diría el Bambino Veira, «es mejor ser local que visitante, muchachos».
Claro que si no se dan los tres puntos, el panorama no es tan catastrófico. A pesar de que no hay resultados que aseguren la clasificación de manera matemática, San Lorenzo se encuentra en una posición cómoda y es muy probable que siga entre los mejores ocho al final de las 15 fechas.
Russo, el estratega que busca la calma en Boedo
Miguel Ángel Russo, con la tranquilidad que lo caracteriza, sabe que este partido puede ser un punto de inflexión en el semestre. No solo por la clasificación en sí, sino también por el envión anímico que significaría para un plantel y una hinchada que necesitan alegrías como el agua.
El DT, con la experiencia de un Mostaza Merlo en sus mejores épocas, entiende que la presión existe, pero confía en el trabajo del equipo y en la mística del Bajo Flores. ¿Podrá San Lorenzo dar el golpe y escribir un nuevo capítulo en su historia? El sábado, en el Bidegaín, tendremos la respuesta.
