San Lorenzo empató con Vélez en Liniers y dejó algunas dudas. El técnico Miguel Ángel Russo reconoció que el equipo puede jugar mejor, pero destacó la solidez defensiva. La ausencia del Pocho Cerutti se sintió, y Russo admitió que el plantel es corto y algunos jugadores deben adaptarse a nuevas posiciones.
¡Che, Cuervo! Un pasito para atrás en el Amalfitani. San Lorenzo no pudo mostrar su mejor cara ante Vélez y se trajo un empate de Liniers. ¿Lo bueno? No se perdió. ¿Lo malo? El equipo casi no generó peligro y otra vez, ¡otra vez! la figura fue Orlando Gill. Así, muchachos, es difícil.
¿Será que el equipo sintió la presión de jugar en una cancha que, según dicen, no estaba en las mejores condiciones? ¿O fue que Vélez salió con el cuchillo entre los dientes, necesitado de una victoria como agua en el desierto? La verdad, la moneda está en el aire.
En conferencia de prensa, Miguel Ángel Russo, con la honestidad brutal que lo caracteriza, no esquivó la autocrítica. «Creo que podemos jugar mejor. Nos costó mucho elaborar el juego, que es lo principal. El campo de juego nunca estuvo así. San Lorenzo sigue evolucionando en la parte defensiva. Hay que seguir creciendo, buscando y luchando. Sabíamos que Vélez necesitaba ganar. Nos costó mucho la cancha y encontrarnos con la pelota. Supimos defender bien», analizó el DT, que conoce bien el paño del Fortín.
¿Estará Russo armando un nuevo ciclo a lo Bilardo, priorizando el cero en el arco? Porque si algo no se le puede reprochar al equipo es la solidez defensiva. Cuatro partidos sin recibir goles, ¡un muro! Pero claro, el ataque también tiene que aparecer, muchachos. No se puede vivir solo de defender, ¿o sí?
la ausencia de cerutti: ¿un golpe al ataque cuervo?
El dato que llamó la atención: el Cuervo jugó sin el Pocho Cerutti desde el arranque. El wing, que había sido reemplazado en el entretiempo contra River, ni siquiera fue al banco. ¿Qué pasó? Aparentemente, se entrenó diferenciado durante la semana.
Y Russo lo sintió, vaya si lo sintió. «Sentimos mucho a Cerutti», reconoció el técnico. Vombergar entró en su lugar y Cuello se movió a la banda, pero la fórmula no funcionó. Faltó la chispa, la gambeta, el desequilibrio que aporta el Pocho.
Acá es donde se empieza a ver la falencia del plantel, esa falta de variantes que obliga a Russo a emparchar, a cambiar jugadores de posición. Como diría el gran Eber Ludueña, «¡así no se puede jugar al fútbol!».
«tenemos un plantel corto»: ¿preocupación o excusa?
«Tenemos un plantel corto y por las necesidades, muchos tendrán que cubrir puestos que antes no hacían», se lamentó Russo. ¿Preocupación genuina o buscando curtir a los dirigentes para que refuercen el equipo en el próximo mercado de pases? Ustedes dirán.
Lo cierto es que San Lorenzo necesita más variantes, más jugadores que puedan cambiar el rumbo de un partido. Porque con la defensa sola no alcanza. Hay que mojarla, muchachos, hay que meterla adentro.
russo y el ciclo que ilusiona al pueblo azulgrana
Más allá del empate en Liniers, nadie puede negar que Russo le cambió la cara a San Lorenzo. El equipo es ordenado, sólido en defensa y tiene una idea de juego. Falta aceitar el ataque, encontrar el gol, pero la base está.
Y con Russo al mando, la ilusión del hincha sigue intacta. Porque si algo demostró el técnico a lo largo de su carrera es que sabe cómo armar equipos competitivos. Habrá que tener paciencia, darle tiempo para trabajar y esperar que los refuerzos estén a la altura de las circunstancias.
¿Alcanzará para pelear el campeonato? Todavía es pronto para decirlo. Pero una cosa es segura: con Russo en el banco, San Lorenzo siempre es candidato. Y eso, muchachos, es mucho decir.
**Entrevista a Miguel Ángel Russo:** Declaraciones tomadas de la entrevista post-partido realizada por **.