Ezequiel Herrera, amonestado contra Atlético Tucumán, llegó a la quinta amarilla y se perderá el próximo partido de San Lorenzo contra Deportivo Riestra. Russo analiza las opciones para reemplazarlo: Tripichio, López o Arias. Mientras tanto, evalúa la evolución de Reali, quien se recupera de un esguince de tobillo.
Herrera afuera, Russo en modo Bielsa
La quinta amarilla a Ezequiel Herrera en el match contra Atlético Tucumán dejó un hueco del tamaño de un cráter en la defensa de San Lorenzo. El lateral derecho se perderá el choque contra Deportivo Riestra este domingo, y Miguel Ángel Russo, con la calculadora en una mano y el mate en la otra, ya está craneando cómo parchar el equipo. ¿Se la jugará con un esquema tipo Menotti o irá con todo a lo Bilardo?
El panorama es este: sin Herrera, el puesto de lateral derecho queda vacante, y las alternativas que maneja Russo son tan variadas como la programación del cable. Está Nicolás Tripichio, un volante que podría retroceder unos metros, a lo Mascherano en el Mundial 2014. También aparece Fabricio López, que viene calentando el banco y conoce la posición como la palma de su mano. Y no nos olvidemos de Nahuel Arias, que con la llegada de Russo quedó más relegado que el Kun Agüero en el Manchester City de Guardiola, pero que podría tener una chance de redimirse.
El regreso de Reali: ¿Apuro o cautela?
Mientras Russo define el rompecabezas defensivo, también tiene un ojo puesto en la enfermería. Matías Reali, que se esguinzó el tobillo contra San Martín de San Juan, ya empezó a moverse con el grupo. La pregunta del millón es: ¿llegará al domingo? ¿Lo arriesgará Russo o lo cuidará como a un Fitito modelo ’78?
Si bien Reali venía siendo titular indiscutido, ojo al piojo: el Pocho Cerutti viene haciendo goles como churros en su lugar. Metió un golazo en Cuyo y asistió a Vombergar en el último partido en el Bidegain. Con San Lorenzo ya clasificado a los playoffs, Russo no lo va a apurar a Reali ni aunque le ofrezcan un asado de tira de ancho con chimichurri casero. Total, como decía el Bambino Veira: “Mejor tenerlo al 100% que al 80% y roto”.
