Se terminó el ciclo de Fernando Gago en Boca. Riquelme ya le bajó el pulgar y Herrón lo reemplazaría. El partido contra Central podría ser la despedida del DT, aunque él quiere seguir. ¿Se le escapó la tortuga a Román esta vez?
Pintita en la cuerda floja: ¿último tango en la Bombonera?
Juega Boca, sí. Y como siempre, el mundo gira alrededor de la azul y oro. Pero esta vez, la pelota no es la protagonista principal. El foco está puesto en el banco de suplentes, en Fernando Gago, en su futuro incierto y en cómo lo recibirá la hincha de Boca, esa que es como la hinchada de Argentina en un Mundial, capaz de lo mejor y de lo peor. La Bombonera, ese estadio que tiembla como si fuera el Monumental en un River-Boca, será testigo de lo que muchos anticipan como la última función de Pintita como director técnico.
### ¿Se va o no se va? La novela de Gago
Después del papelón histórico en la Libertadores, que fue como perder un clásico en el minuto 90 con gol en contra, en Boca se instaló el «que se vayan todos». Y si bien el apuntado principal fue el plantel, Gago quedó en la mira. «No hay mañana», fue el dictamen del Consejo de Fútbol, con Román a la cabeza, apenas consumada la eliminación. Parece que para el ídolo, el ciclo de Gago está más terminado que la carrera de un jugador lesionado a lo Battaglia.
Pero Gago, con la misma tozudez que un defensor a lo Ruggeri, insiste en quedarse. «100% de fuerzas», declaró después del partido, bancando la parada como si fuera el mismo Maradona en el ’86. Dirigió los entrenamientos con la convicción de un campeón, pero al parecer, Román y compañía ya tienen el boleto de salida en mano.
### El llamado al Chelo y la interna xeneize
En medio de la incertidumbre, Gago encaró a Marcelo Delgado, el hombre del Consejo con más feeling con el DT, y le preguntó sin vueltas: «¿Quieren que me vaya?». La respuesta del Chelo fue digna de un lateral con experiencia: evasiva y dejando la pelota picando en el área. «No, tranquilo, tenés contrato», le habría dicho, tirándole un centro para que Pintita se la crea.
Pero la realidad es que Riquelme ya tendría decidido el reemplazo: Mariano Herrón, un viejo conocido de la casa. ¿Será que Román, con la misma astucia que tenía en la cancha, ya preparaba el terreno para el cambio de DT? Como diría el Bambino Veira, «es fútbol, señores».
La decisión tomada y la tensión en la Bombonera
Más allá de las declaraciones oficiales (o la falta de ellas), en Boca se respira un aire de final de ciclo. El Consejo no quedó conforme con la charla post eliminación con Gago y, según dicen, «no le entró una bala». Para Riquelme, estirar la agonía sería como jugar un partido con 10 hombres desde el primer tiempo: una derrota segura.
El partido contra Central, entonces, se convierte en una final anticipada. No por los puntos, sino por el futuro de Gago. ¿Podrá una victoria cambiar el destino del DT o ya está todo cocinado? La Bombonera, ese escenario mítico que ha visto de todo, espera con ansias el desenlace de esta novela xeneize. Como diría Mostaza Merlo, «paso a paso».
