Tigre y Belgrano se juegan la vida en Victoria. El Matador busca meterse en el podio, mientras que el Pirata necesita ganar para no quedar al borde del adiós en el Apertura.
Tigre y Belgrano, un partido con sabor a final en Victoria
Victoria se viste de gala. Tigre recibe a Belgrano por la fecha 14 del Torneo Apertura en un encuentro que promete ser más picante que comer chimichurri con las manos. Ambos equipos llegan con la necesidad imperiosa de sumar tres puntos, aunque por diferentes motivos. El Matador, con la garra de un Mascherano en sus mejores épocas, busca subirse al podio de la Zona A y asegurarse un lugarcito en los playoffs. ¿Se imaginan a Retegui metiendo un gol agónico para la clasificación? Delirio en las tribunas.
Por el lado del Pirata cordobés, la situación es más compleja. Si bien vienen de un triunfo revitalizador por 3-1 frente a Real Pilar por la Copa Argentina –un partido que, seamos sinceros, parecía más un amistoso de pretemporada–, la realidad en el Apertura es otra. Zielinski, el Ruso, sabe que no hay margen de error. Necesitan ganar sí o sí para no despedirse del campeonato antes de tiempo. ¿Se acuerdan del Bambino Veira en Racing? Bueno, el Ruso no quiere ni acercarse a esa situación.
El Matador busca rugir en casa
Para Tigre, este partido es clave. Jugar en Victoria siempre es una ventaja, y la hinchada, fiel como la de Boca en la Bombonera, se hará sentir. La presión está puesta en los delanteros, que deberán estar finos como Bochini en el área para concretar las situaciones que se generen. Ojo, que Belgrano no es un equipo fácil de roer. Defienden con la solidez de la Muralla China y en ataque tienen jugadores que pueden desequilibrar en cualquier momento.
¿Podrá el Pirata dar la sorpresa?
Belgrano llega a Victoria con la obligación de dar el golpe. No tienen otra opción. Un empate les serviría de poco, y una derrota los dejaría prácticamente eliminados. La misión es complicada, pero en el fútbol, como en la vida, nada está dicho. Quizás, con un poquitito de suerte y un par de atajadas milagrosas del arquero, como las que hacía Goycochea en el 90, puedan llevarse algo a Córdoba. Lo que está claro es que este partido promete ser un partidazo, de esos que te dejan sin uñas y con el corazón a mil. Un verdadero clásico del fútbol argentino, aunque algunos digan que no.