Unión busca la cima del Grupo E ante Mushuc Runa en Sudamericana.

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

Unión, con la obligación de ganar tras la derrota con Palestino, se juega la punta del Grupo E de la Sudamericana contra Mushuc Runa. Si el Tatengue se lleva los tres puntos, alcanza a los ecuatorianos en la cima.

## El Tatengue busca la redención en la Sudamericana

Unión viene de mamerta en Chile, un viaje que terminó con derrota ante Palestino y dejó un sabor amargo. Ahora, con la necesidad de levantar la cabeza como el Diego después del doping positivo del ’94, el Tatengue recibe a Mushuc Runa por la Copa Sudamericana.

### Una final anticipada en el 15 de Abril

El partido, que se juega en el mítico 15 de Abril -cancha que vio más goles que partidos de la Selección en eliminatorias-, tiene aroma a final. Si Unión gana, alcanza a Mushuc Runa en la punta del Grupo E. Estamos hablando de un grupo más peleado que el descenso en la B Metro, donde cualquiera le gana a cualquiera. Por eso, estos tres puntos son clave para la ilusión copera del equipo santafesino. Es un partido bisagra, como decía Mostaza Merlo, «partido a partido».

¿Podrá Unión con la altura?

No es literal la altura, bah, al menos no la de la geografía. Me refiero a la presión, a la obligación de ganar. Porque, seamos sinceros, perder con Palestino fue un golpe duro. Fue como ir ganando 3 a 0 y que te lo empaten en el último minuto, pero peor. Ahora Munúa y sus muchachos tienen que demostrar que tienen pasta de campeón, que pueden gambetear la adversidad como hacía el Beto Alonso en sus mejores épocas.

Si bien el rival no es un cuco como los brasileros -esos que te bailan la samba y te meten tres goles antes del entretiempo-, no hay que confiarse. En el fútbol, como en la vida, las sorpresas están a la orden del día. Recordemos el Maracanazo, por ejemplo. ¿Quién iba a decir que Uruguay le iba a ganar a Brasil en su propia casa?

Por eso, Unión tiene que salir a la cancha con los dientes apretados y el cuchillo entre los dientes, como decía el Bambino Veira. Tiene que jugar con el corazón en la mano y la garra charrúa -aunque seamos santafesinos-. Necesitamos que el equipo se plante como lo hacía Bilardo en el ’86, con orden, sacrificio y, por sobre todas las cosas, con hambre de gloria.

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