Guillermo Tofoni, representante de Foster Gillett, aclaró los motivos por los que no se concretaron las transferencias de Rodrigo Villagra y Valentín Gómez. Aseguró que el inversor estadounidense sigue en contacto con Estudiantes y que la demora se debe a cuestiones burocráticas con las transferencias de dinero desde Inglaterra. La paciencia se agota en el Pincha.
¿Gillett se borró? Tofoni da la cara (y algunas excusas)
Foster Gillett, el magnate yanqui que prometió una revolución en Estudiantes, quedó en el ojo de la tormenta. Los pases frustrados de Rodrigo Villagra y Valentín Gómez, sumados a la ausencia de los millones prometidos, generaron un clima de desconfianza digno de la previa de un Boca-River. Guillermo Tofoni, apoderado de Gillett y el hombre que lo vinculó con Juan Sebastián Verón, salió a poner paños fríos… o al menos, a intentarlo.
«Cero obligación»: la defensa de Tofoni
«Parte de la prensa mal informa», arrancó Tofoni, con una frase que ya anticipaba el tono de la entrevista con Beo Sport. Según el empresario, la demora en la Asamblea de Estudiantes liberó a Gillett de la obligación de invertir. Sin embargo, remarcó un «gesto de buena voluntad»: la entrega de activos por 20 millones de dólares. ¿Activos? ¿Se referirá a figuritas de la época de Bilardo? «Foster se manda todo el dinero del fútbol a Inglaterra. Eso le está llevando más tiempo de lo normal», justificó Tofoni, agregando un condimento burocrático a la novela.
¿Se cae? Todos los detalles del acuerdo entre Estudiantes y Foster Gillett
Mientras tanto, en Estudiantes la paciencia se evapora más rápido que un vaso de fernet en pleno verano. Tofoni reconoce el «desbalance económico interno, malestar y ruido» generados. La caída de los pases de Villagra y Gómez dejó un aroma a desconfianza que ni el humo de las parrillas puede disimular.
Villagra y Gómez: dos novelas con final abierto
Sobre Villagra, Tofoni aseguró que «nunca hubo un acuerdo firmado». La «especulación» sobre la compra de un club (¿será el que juega en la Bombonera y usa azul y oro?), habría sido el motivo del fracaso. En el caso de Gómez, la cosa fue distinta: hubo contrato firmado y hasta avales por 50 millones de dólares. Pero Vélez, con la astucia de un zorro, prefirió el «cash» y rechazó las garantías. Un verdadero drama digno de Shakespeare… o al menos, de un sketch de Midachi.
El futuro de Gillett en Argentina: ¿un partido con prórroga?
El desembarco de Gillett en el fútbol argentino, lejos de la revolución prometida, se asemeja más a un partido trabado, con pocas luces y mucha pierna fuerte. Si bien pagó la cláusula de Medina como señal de buena fe (un golazo de media cancha), el resto fueron promesas incumplidas. Ahora, Gillett deberá recuperar la confianza de los hinchas del Pincha, que lo esperan en la Asamblea como a un delantero que no la mete ni al arcoíris.
