El Dibu Martínez es indiscutible en el arco de la Selección. Otamendi y Cuti Romero parecen inamovibles en la zaga. Tagliafico se afianza en el lateral izquierdo. Pero… ¿y el recambio? ¿Tenemos un Traverso o un Serrizuela en el banco? Este análisis plantea la preocupante falta de alternativas de nivel en la defensa de la Scaloneta.
¿El talón de Aquiles de la Scaloneta? Un análisis de la defensa campeona del mundo
Tras el triunfo ante Uruguay en el Centenario, que nos hizo acordar al partido del Diego en el Mundial 90 (sin la mano de Dios, claro), y a horas del clásico contra Brasil, surge la pregunta: ¿qué tan sólida es la defensa de la Argentina más allá de los nombres indiscutidos?
El Dibu Martínez, un arquero que ataja hasta las malas ondas, está en un nivel sideral. «Dibu es, se sabe, irreemplazable hoy por su capacidad, intuición, reflejos… En suma, único y probablemente irrepetible». Diría el Bambino Veira: «es un fenómeno». Pero, ¿quién le ata los cordones si se lesiona?
La zaga central: Solidez titular, dudas en el banco
En la zaga central, Cuti Romero volvió de su lesión cual Terminator y junto a Otamendi, armaron un cerrojo que ni Houdini podía abrir. Lisandro Martínez, el otro candidato a ese puesto, está en recuperación, cual Martín Palermo con los ligamentos cortados, dejándonos con la duda de quién podría reemplazarlos a estos dos gladiadores. Balerdi entró, pero no tuvo muchos minutos, como un delantero en el equipo de Mostaza Merlo. ¿Y los otros? Pezzella y Medina, sentados en el banco, viendo el partido como si estuvieran en la tribuna del Monumental comiendo un chori. ¿Será que Scaloni los ve como a Caniggia en el 2002, fuera de ritmo?
Algunos, con la esperanza de un Bielsa resucitado, piden a gritos a Kevin Lomónaco, el defensor de Independiente que la rompe en el torneo local, pero sin experiencia europea, como un Riquelme jugando en el ascenso.
Laterales: Molina con dudas, Tagliafico intratable
En el lateral derecho, con Montiel lesionado (como si lo hubiera agarrado el Muñeco Gallardo en un entrenamiento), Molina tuvo un partido con más sombras que luces, peleando contra la superioridad numérica uruguaya como si fuera el Chavo del 8 contra la Chilindrina. ¿Hay alternativas? El pibe Joaquín García, de Vélez, viene de una fractura que lo dejó más roto que el tobillo de Batigol en la Fiorentina. Parece que el puesto de lateral derecho es más difícil de encontrar que un billete de dos pesos.
Del otro lado, Tagliafico fue una fiera, cual Mascherano en el Mundial 2014, anticipando, metiendo y hasta pasando al ataque con la potencia de un tren bala. Acuña, con un nivel más discreto que un gol de Palermo de cabeza, parece relegado al banco, esperando su chance como un suplente en el Barcelona de Guardiola.
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La gran incógnita: ¿Y si falta alguno?
La pregunta del millón es: ¿qué pasa si falta alguno de estos titulares? ¿Hay recambio a la altura de las circunstancias, como cuando entraba el Burrito Ortega por Verón? «No parece haber tanta calidad en el banco de suplentes como la hay en el campo en el plano defensivo». La actitud y la estrategia de Scaloni son indiscutibles, pero las dudas en el recambio defensivo son una preocupación que, cual fantasma, recorre las mentes de los hinchas. La Scaloneta necesita encontrar alternativas, como el Diego buscando el pase a Caniggia en el 90, para seguir soñando con la gloria.
