Ander Herrera y Equi Fernández la rompen en el medio de Boca: pases precisos, velocidad y quite, una dupla que le cambió la cara al equipo.
El mediocampo de Boca, ¿la clave del éxito?
Hay equipos que tienen suerte, otros que tienen garra, y después está Boca, que parece haber encontrado la fórmula mágica en el mediocampo. Y no, no estamos hablando de alquimia, sino de la dupla dinámica que forman Ander Herrera y Equi Fernández.
En el último partido, el español jugó como si fuera el mismísimo Iniesta en sus mejores épocas (ojo, sin exagerar, que después nos dicen que somos como el Bambino Veira), y Equi demostró que la velocidad no está peleada con el buen toque. Juntos, le dieron una verticalidad al equipo que parecía perdida en la época de los dinosaurios.
¿Se acuerdan de Belmonte, que tocaba para el costado más que un lateral derecho? Bueno, olvídense. Ahora la pelota va para adelante, con pases entre líneas que te dejan pensando si Herrera y Equi tienen un GPS en la cabeza. Como dijo un sabio del fútbol (no sabemos quién, pero seguro lo dijo): «La pelota siempre al 10, salvo que el 9 esté solo». Y estos dos parecen seguir esa máxima al pie de la letra.
Herrera y Equi: una dupla para alquilar balcones
Equi, con su velocidad y gambeta endiablada, se escabulle entre los rivales como si fuera Messi jugando contra un equipo de juveniles. Y Herrera, con su visión de juego y su capacidad de ordenar el equipo, es como el Xavi del Barcelona: siempre sabe dónde tiene que estar y qué tiene que hacer.
«Es algo que parecía extinguido, porque ahora los volantes centrales tocan y tocan para los costados, para la estadística», decía un comentarista (seguramente uno de esos que se la pasan tirando frases hechas). Pero Herrera y Equi no se conforman con la estadística: ellos buscan el gol, el pase profundo, la jugada que desnivela. Y lo hacen con una sincronización que da gusto ver. Si uno se abre, el otro se cierra. Si uno ataca, el otro cubre. Una sociedad que le hace acordar a la dupla Riquelme-Palermo (aquellos si que la movían lindo ¿eh?).
Ander Herrera: el cerebro del equipo
Ander no solo juega bien con la pelota, sino que también es un maestro en el arte de «jugar sin pelota». Está atento a todo lo que pasa en la cancha, da indicaciones a sus compañeros, se ubica estratégicamente para cortar los ataques rivales… en fin, un todoterreno que cualquier técnico quisiera tener en su equipo.
El otro día, por ejemplo, se mandó una corrida para atrás que ni el mismo Zanetti en sus mejores tiempos. O sea, el tipo estaba atacando como si fuera un delantero, y de repente apareció en la defensa como si nada. Eso es tener visión de juego, señores.

La mirada de Traverso sobre el mediocampo de Boca
En definitiva, Boca parece haber encontrado la dupla ideal en el mediocampo. ¿Será esta la clave para que el Xeneize vuelva a levantar la Copa? Solo el tiempo lo dirá. Pero mientras tanto, disfrutemos del buen fútbol que nos están regalando Herrera y Equi. Porque como decía el gran Eber Ludueña: «El fútbol es dinámica de lo impensado». Y estos dos, sin duda, le están poniendo mucha dinámica a la cosa.