Mientras la Academia transpira la gota gorda para el clásico de Avellaneda, Costas reza por la recuperación de varios jugadores clave, incluyendo a un Vietto que anda con la pólvora mojada y un Di Cesare que parece el Hombre de Hojalata. Y como si fuera poco, Maravilla Martínez, con una rodilla que pide a gritos un sillón y Netflix, ¡quiere jugar! ¿Será terquedad o pura inconsciencia?
Racing: entre algodones y pedidos milagrosos de cara al clásico
El plantel de Racing se entrenó pensando en el clásico contra Independiente, que se jugará el domingo a las 16 en el Libertadores de América. Gustavo Costas, con más dudas que certezas, espera la evolución de varios jugadores que andan más en la enfermería que en la cancha.
Gabriel Rojas, después de perderse dos partidos por un tobillo que parecía el de Eber Ludueña después de un partido de papi fútbol, practicó a la par del grupo y se perfila como titular. Parece que el lateral izquierdo ya está para gambetear hasta las molestias.
El parte médico: Vietto, Di Cesare y Sosa, entre la esperanza y el milagro
En el entrenamiento, Marco Di Cesare, Santiago Sosa y Luciano Vietto hicieron trabajos de campo. Sosa, a pesar de no estar al 100% después de un esguince de rodilla que lo dejó gambeteando en una pata, sería titular. Di Cesare, con un desgarro que lo tiene a maltraer desde el partido contra Botafogo, parece que llega con lo justo, como el gol de Palermo a Perú en el último minuto. Vietto, lesionado en la ida de la Recopa y que jugó la vuelta a media máquina, quiere estar aunque sea en el banco, a lo Riquelme en la final de Madrid.

Agustín García Basso y Bruno Zuculini, con lesiones más complicadas que la tabla del descenso, están descartados. García Basso se fracturó el peroné y no juega desde la primera fecha, mientras que Zuculini, después de meter un golazo contra Botafogo (un gol que valió por tres puntos, como decía Mostaza Merlo), se operó de meniscos y tiene para un mes de recuperación.

Maravilla Martínez: ¿héroe o kamikaze?
Adrián Martínez, con un edema óseo en la rodilla que lo tiene para seis semanas afuera, le habría pedido a Costas jugar el clásico. Los médicos dicen que ni con la magia de René Lavand lo pueden infiltrar, pero Maravilla, haciendo honor a su apodo, quiere estar como sea. ¿Será que le picó el bichito de la épica o se confundió de deporte y piensa que está en un ring de boxeo?