Tras su expulsión de La Libertad Avanza, Ramiro Marra se refugia en su pasión por Boca. El político reapareció en La Bombonera para el partido contra Independiente Rivadavia y aseguró que el club es su cable a tierra en medio de la tormenta política.
Marra, Boca y la guillotina de Karina
Luego de una semana que seguro lo dejó con menos pelos que la cabeza de Walter Casagrande, Ramiro Marra, flamante ex legislador de La Libertad Avanza, reapareció en la cancha de Boca. Como si fuera un pase de Riquelme en el 2001, el triunfo xeneize contra Independiente Rivadavia le dio un respiro al político tras su expulsión del partido de Milei.
Recordemos que Marra fue expulsado por “contradecir los ideales del partido”, algo así como si Mostaza Merlo se pusiera a dirigir al Barcelona de Guardiola. La decisión, tomada por Karina Milei – a quien en el entorno liberal se la conoce como «la dueña de la manija»- se debió a que Marra votó a favor del aumento de impuestos en la Ciudad, algo que a los libertarios les cae como un planchazo de Passarella en la final del 98.
A la salida de La Bombonera, Marra habló con TyC Sports y, con una frase digna de Mostaza, aseguró: _»se puede tener la peor semana de la vida en el trabajo, pero lo que uno nunca cambia es la pasión»_. Pareciera que para Marra, Boca es como el termo y el mate: compañeros inseparables en las buenas y en las malas.
El silencio que precede a la tormenta (y al superclásico)
Marra, quien se había llamado a silencio después de la expulsión – cual Palermo antes de patear un penal decisivo- aprovechó para disculparse con los periodistas que lo buscaban para alguna declaración. Entendemos que atender el teléfono después de semejante sacudón debe ser como atajarle un tiro libre a Messi: tarea casi imposible.
Las declaraciones de Marra en La Bombonera
Milei y la «guillotina» liberal
Javier Milei, por su parte, se lavó las manos como Poncio Pilatos y dijo que él no se mete en la política de la Ciudad, que para eso está su hermana, la que “tiene la guillotina”. O sea, Karina corta cabezas como si fueran entradas para ver a Boca contra River. Milei aclaró que Marra estaba más perdido que Tevez en un picado de barrio y que no podían permitir la suba de impuestos “de ninguna manera”.
Para cerrar la nota, Marra tiró un _»pero bueno, Boca es Boca»_ que dejó a todos pensando: ¿Será que el amor por el Xeneize lo ayudará a superar este mal trago o terminará como el Beto Alonso en la final del 89? Habrá que esperar para ver qué pasa con el futuro político de Marra, pero una cosa es segura: con esta historia, seguro que más de uno va a querer opinar.