Molina y su salida de Boca: «Mal entendido con Riquelme» ¿Qué pasó?

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

Nahuel Molina, campeón del mundo, habló de su salida de Boca en 2020. ¿Se fue por la puerta de atrás o fue un «malentendido» con la dirigencia de Román?

La salida de Molina de Boca: ¿Un «malentendido» o un pase a lo Caniggia?

Pasaron más de cuatro años desde que Nahuel Molina, actual lateral del Atlético de Madrid y campeón del mundo en Qatar, dejó Boca en libertad de acción. Una salida que, en su momento, generó más ruido que un gol de Palermo en el minuto 93. Ahora, con la calma chicha del éxito, Molina le bajó el precio al drama y habló sobre su partida del Xeneize.

Nahuel Molina
Nahuel Molina, en sus épocas de juvenil en Boca.

«Yo con Boca estoy totalmente agradecido porque fue mi casa», arrancó Molina, tirando un centro a la tribuna bostera con la sutileza de un pase de Riquelme. Y agregó: «Fue el lugar donde crecí, donde aprendí un montón de cosas, donde hice amigos». Claramente, el tipo no se fue peleado con el club, sino que parece que la cosa se picó con la dirigencia.

¿Qué pasó en la renovación? La versión de Molina

Molina explicó que, tras sus préstamos por Defensa y Justicia y Rosario Central (donde jugó como si fuera el mismísimo Zanetti), volvió a Boca en 2020 con el contrato por vencer. La renovación no llegó y quedó libre, como si fuera un penal de Andrada: sin chances. «No llegar a un acuerdo con la dirigencia y tener que irme. Fue nada más que eso», simplificó Molina, tirando la pelota afuera y evitando la polémica como si fuera un defensor aguerrido.

Uno de los goles de Molina en Atlético Madrid

Uno de los goles de Molina en Atlético Madrid

Sin embargo, entre líneas, dejó picando una frase que podría despertar a más de un hincha xeneize: «Volver a Boca y tampoco tener esa oportunidad… no oportunidad, sino ese mal entendido, nada más que eso». ¿Un «malentendido»? ¿O será que Román no lo vio con la mística copera necesaria? ¿Se arrepintió el Consejo de Fútbol de dejarlo ir? El debate queda abierto. Lo cierto es que Molina terminó en Udinese y luego en el Atlético de Madrid, donde la rompe y se consagró campeón del mundo. Y a Boca, bueno… le quedó el sabor amargo de lo que pudo haber sido y no fue.

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