Paredes a Boca: la verdad tras la negociación frustrada y el silencio de Riquelme

Redacción Cuyo News
4 min
Cortito y conciso:

Leandro Paredes estuvo a punto de volver a Boca, pero las negociaciones se pincharon por diferencias económicas. Ahora, el jugador busca acomodar su discurso a su realidad en la Roma.

¿Paredes a Boca? Una novela con final anunciado

Leandro Paredes y Boca. Un romance que parecía tener todos los condimentos para un final feliz, pero que terminó como un tango triste y melancólico, de esos que te dejan con la garganta apretada y ganas de putear al VAR. Hubo charlas, hubo números, hubo ilusión… pero no hubo acuerdo. Y como diría Mostaza Merlo: «Paso a paso, buena letra».

Las negociaciones existieron, no nos hagamos los rulos

A ver, seamos claros: acá no estamos hablando de un rumor de pasillo, de esos que se escuchan en La Bombonera después de un partido con lluvia. No, señores. Hubo negociaciones concretas, oferta formal incluida, y Paredes tenía entre ceja y ceja volver a ponerse la azul y oro. Era una decisión de vida, como pegar el salto de Palermo a Villa Crespo… pero con más glamour. Sin embargo, el billete no llegó a destino y todo quedó en la nada misma. Recordemos la mítica frase del Bambino Veira: «el que abandona no tiene premio»

«Jamás di a entender que volvía ahora»: la frase que descolocó a todos (o a nadie)

Claro, ahora que Paredes se quedó en la Roma, tira frases como «jamás di a entender que volvía ahora» para calmar las aguas. Es como el Chavo del 8 diciendo que no fue él quien se comió la torta de jamón. Sabemos que hubo charlas, sabemos que hubo interés… pero bueno, en el fútbol, como en la vida, a veces hay que gambetear la verdad para evitar quilombos. Es como cuando Bilardo decía: «Primero hay que asegurar el cero en el arco». Paredes, ahora, asegura el cero en su cuenta bancaria…en euros.

La palabra de Paredes sobre sus negociaciones frustradas con Boca

El factor económico: el villano de esta historia

Si Griffa decía que «los mejores jugadores deben estar en los mejores equipos», la realidad es que a veces los mejores jugadores necesitan un mejor contrato. Y ahí se pinchó todo. Paredes quería un número, Boca ofreció otro… y la diferencia fue más grande que la distancia entre la Bombonera y el Coliseo Romano. Como diría el Cholo Simeone: «partido a partido»… pero el partido de la negociación, lo perdió Boca.

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En conclusión: un pase que se fue al lateral

Paredes quiso volver, Boca lo quiso… pero el amor no fue suficiente. Faltó la guita, esa vil metal que mueve montañas (y pases de jugadores). Ahora, el 5 acomoda su discurso a su presente en Italia, mientras los hinchas xeneizes se quedan con la miel en los labios y el debate abierto: ¿fue un error de Boca no estirarse un poco más? La polémica, como la pelota, sigue rodando.

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