River, tras el papelón en la Supercopa Internacional, está en la cuerda floja. Gallardo, por primera vez cuestionado, y los jugadores, bajo la lupa del Monumental, que el domingo dictará sentencia ante Atlético Tucumán.
River, en la mira tras el golpe en Asunción
La derrota por penales contra Talleres en la Supercopa Internacional dejó un sabor amargo en River. Y no es para menos, che. Perder una final siempre duele, pero la forma en que se dio el partido prendió fuego las alarmas en Núñez. El Muñeco Gallardo, con cara de pocos amigos, dejó en claro su descontento. Y los jugadores, bueno, sintieron la presión de un Monumental que se prepara para dar su veredicto este domingo ante Atlético Tucumán.

Armani, que atajó dos penales en la definición, y Montiel, que a pesar del penal errado la rompió toda la noche como si fuera el sucesor de Crespo en el Parma(aunque hay que decir que erró su penal… ¿le habrá pegado como le pegaba a la pelota en inferiores? Que se lo pregunte a Davo), son los únicos que se salvan de la quema. El resto, a rezar. El 2024 no fue bueno (¿recuerdan la Libertadores? Mejor ni hablar…) y este 2025 arrancó con el pie izquierdo, como si entrara a la cancha con los botines cambiados. La inversión millonaria en refuerzos parece no haber dado frutos y el equipo juega como si estuviera en pretemporada con Eber Ludueña.
Gallardo, ¿en la cornisa?
El Muñeco, ídolo indiscutido y comparable con el mismísimo Enzo Francescola (bah, quizás exageré un poco), está en el ojo de la tormenta. Por primera vez, su trabajo es cuestionado. El equipo no tiene identidad, no genera situaciones de gol (¿siete goles en nueve partidos? ¡Si hasta mi primo el Beto hace más goles en el picado del barrio!) y algunos jugadores parecen no estar a la altura como Lanzini que hasta hoy no sabe si festeja como si fuera el Kun o el Piojo Lopez. Insistir con jugadores que no rinden, como si fueran los únicos once que existen en el planeta fútbol (¿alguien dijo Simón?), genera dudas. La continuidad del Muñeco no está en juego, claro, pero la paciencia del hincha tiene un límite.
El penal que erró Lanzini en River vs. Talleres
El Monumental, juez y parte
El domingo, ante Atlético Tucumán, el Monumental será una olla a presión. La gente, como siempre, bancará, pero también exigirá. Los jugadores deberán demostrar que tienen lo que hay que tener para vestir la banda roja. ¿Serán capaces de revertir la situación o se viene una noche de furia en Nuñez? La respuesta, el domingo.