River, con la chance de cortar una sequía de títulos internacionales en Sudamérica que data de 1941. ¿Podrá el equipo de Demichelis levantar la Supercopa Internacional en Paraguay y romper el maleficio fuera del Monumental?

¿Se corta la mufa guaraní? River y una sequía sudamericana de 84 años
River, un club acostumbrado a levantar copas, tiene una cuenta pendiente: dar la vuelta olímpica en Sudamérica fuera de Argentina. La última vez que festejó en estas tierras fue en 1941, cuando le ganó la final de la Copa Aldao a Peñarol en Uruguay. Para ponerlo en perspectiva, ese año el mundo estaba en plena Segunda Guerra Mundial y el River de Peucelle era una máquina. Ochenta y cuatro años pasaron desde aquella gesta, una eternidad en el fútbol.
Si bien la Supercopa Internacional contra Talleres no es un torneo Conmebol, se juega en Paraguay y ofrece una chance inmejorable para romper el maleficio. Recordemos que la edición anterior la ganó Racing contra Boca en Abu Dhabi, lo que demuestra que este título tiene un gustito especial.
El Monumental, un fortín inexpugnable… ¿pero afuera?
En casa, River es un cuco. Ganó Libertadores, Sudamericana, Recopa, Interamericana… todas en el Monumental o, en el caso de la Recopa 2015, en cancha de San Lorenzo, pero siempre en Argentina. Sin embargo, cuando sale de gira la cosa cambia. Perdió finales de Libertadores en Chile y Perú (esa recordada contra Flamengo en Lima todavía duele), Supercopa en Brasil, Sudamericana en Perú de nuevo… ¡hasta la Intercontinental del 96 contra la Juventus en Japón! Parece que a River le agarra el síndrome de Eber Ludueña cuando cruza la frontera.
¿Podrá Demichelis emular al River de 1941?
Esta Supercopa Internacional contra Talleres es una oportunidad de oro para Micho y sus muchachos. Ganar en Paraguay no solo significaría un título más para las vitrinas, sino también cortar una racha negativa que ya lleva décadas. ¿Se imaginan la fiesta si lo logran? Sería como el gol de Maradona a los ingleses pero en versión siglo XXI. Una victoria que seguramente generará debate entre los hinchas: ¿es comparable a un título internacional de verdad? La discusión está servida.