River, con un plantel carísimo, empató 2-2 con Rosario Central y sigue sin convencer. Gallardo pide paciencia, pero los hinchas silban y se preguntan si este equipo despegará alguna vez. El debut en la Copa Libertadores asoma como la última esperanza.
River, entre la millonada y la pavorosa: ¿despegará el Muñeco con este avión?
River Plate, que gastó una fortuna en refuerzos -algo así como 50 millones de dólares, como para comprarse un par de departamentos en Puerto Madero-, empató 2-2 contra Rosario Central en el Monumental. Y la cosa pinta fea, mi amigo. El equipo del Muñeco Gallardo, que supo ser una máquina de ganar, hoy parece un equipo del montón, como si el DT hubiese perdido la magia y se hubiera transformado en un mago sin galera. Para colmo, la ofensiva dependió de dos pibitos, Franco Mastantuono (17 años) e Ian Subiabre (18 años), que encima la rompieron. ¿Y los cracks que trajeron? Mirá…
El partido fue un sube y baja, como la calesita de Parque Norte. River pudo golear, pero también estuvo a punto de perder en el minuto 94 con una chance clarita de Enzo Copetti que, si entraba, terminaba en infarto masivo en la tribuna. El equipo se mueve entre la liviandad de un flan y la solidez de… bueno, de nada. Central, sin hacer mucho más que defender y esperar su momento -salvo las avivadas de Fatura Broun, claro-, le complicó la vida al Millonario.
Borja desaparecido, refuerzos que no refuerzan y un Gallardo que pide paciencia
Miguel Borja, el goleador que trajeron con bombos y platillos, no pateó al arco en todo el partido. Parecía el delantero invisible, como si estuviera jugando al escondite con el arquero rival. Pezzella y Martínez Quarta, defensores de Selección, tuvieron errores dignos de Eber Ludueña en sus peores épocas. Y Aliendro jugó un primer tiempo tan flojo que parecía que le habían puesto cemento en los botines. Los cambios de Gallardo tampoco funcionaron: Driussi y Lanzini entraron y no aportaron nada. El 10, encima, se comió una silbatina que seguro escuchó hasta en China.
Los silbidos de los hinchas de River tras el 2-2 ante Rosario Central
Gallardo, en conferencia de prensa, pidió paciencia y habló de «aprendizaje». Dijo que el año recién empieza y que ve «buenas intenciones». Claro, el Muñeco siempre positivo, como si estuviera dirigiendo al Barcelona de Guardiola. La realidad es que River solo perdió un partido en el año, pero juega horrible y nadie se lo banca más.
¿Se viene la noche para el Millonario?
La pregunta del millón es: ¿cuántos titulares tiene hoy River? ¿Armani, Montiel, Enzo Pérez por decantación y el pibe Mastantuono? ¿Alcanza con eso para pelear algo importante? ¿Y los refuerzos? ¿Sirven para algo? El debut en la Copa Libertadores contra Universitario de Perú aparece como la última esperanza para este River que, por ahora, parece un barco a la deriva. Y el Muñeco, un capitán que no encuentra el rumbo.