River empató 0-0 con Barcelona de Ecuador en el Monumental por Copa Libertadores. El equipo de Gallardo sigue sin encontrar el rumbo en ataque y la falta de gol preocupa. El flojo rendimiento de los delanteros y los penales errados son una constante en este 2025.
Un River que no levanta cabeza
River Plate empató sin goles ante Barcelona de Ecuador en el Monumental, en un partido que dejó más dudas que certezas. El equipo de Marcelo Gallardo volvió a mostrar una preocupante falta de efectividad en ataque y, si no fuera por la ausencia de público, probablemente hubiera escuchado silbidos como los que recibió tras el empate contra Rosario Central.
Si bien el equipo generó algunas situaciones de peligro, especialmente en el primer tiempo, la realidad es que el rendimiento general fue pobre. Como diría el Bambino Veira, «el resultado es una mentira». ¿Cuántos partidos más se puede justificar un mal juego con la frase «merecimos ganar»?
Delanteros en baja y un plantel desbalanceado
El problema principal de River parece estar en la delantera. Driussi, Colidio y Borja no logran encontrar su mejor nivel y su aporte goleador es casi nulo. Es como ver a Palermo en sus inicios, pero sin el final feliz. Driussi erró un penal –el séptimo de nueve que falla River en el año, un dato digno del «Libro Gordo de Petete» deportivo– y definió mal un mano a mano; Borja, por su parte, parecía más un defensor del Barcelona que un atacante del Millonario. Con estos números, hasta Eber Ludueña tendría más chances de meterla.
Con 14 goles en 16 partidos (incluyendo dos al humilde Ciudad de Bolívar) y un promedio de un gol cada 105 minutos, la falta de gol es alarmante. La sequía es tan grande que ni el Kun Agüero en su mejor momento podría solucionarla. Este River parece alérgico al gol, como si le picara la red.
La indiferencia: un nuevo rival para el Muñeco
El empate ante Barcelona no solo sumó otro punto a la tabla, sino que también alimentó la sensación de indiferencia que rodea al equipo. Lejos quedaron la pasión y el fútbol champagne de los primeros años de Gallardo. Ahora, el River de 2025 genera apatía, una espera tediosa.
Mientras el DT rival, Segundo Castillo, lucía un llamativo smoking rosa – digno de un personaje de «Los Simuladores»–, River parecía necesitar un overol más que un traje de etiqueta. La falta de garra y actitud preocupa tanto como la falta de gol.
¿Gallardo encontrará la solución?
La pregunta que todos se hacen es si Gallardo podrá revertir esta situación. El Muñeco tiene experiencia de sobra para sacar a River adelante, pero la tarea no será fácil. Necesita encontrar la fórmula para despertar a un equipo que parece dormido. ¿Será hora de probar con un esquema más ofensivo? ¿O de buscar refuerzos en el próximo mercado de pases? Lo cierto es que este River necesita un cambio urgente si quiere volver a ser protagonista.
