River, a la espera de la guita de Gillett por Villagra, empieza a barajar otras opciones. El volante ya ni entrena con el plantel y le buscan club como si fuera representante de jugadores libres.
El culebrón Villagra: River espera la plata o busca nuevo comprador
Pasaron dos semanas largas desde que River y Rodrigo Villagra arreglaron la salida del volante. Todo lindo, todo bárbaro, pero el grupo inversor de Foster Gillett, el que ponía la tarasca, todavía no aflojó un mango. Doce palos verdes, la supuesta cláusula de rescisión, quedaron en el aire como centro de Palermo en un día de lluvia. Mientras tanto, Villagra entrena en soledad, a lo Rocky Balboa pero sin Adrian ni Mickey, esperando una definición que parece más lejana que el Mundial del 42.
Recordemos que la noticia explotó el martes 28 de enero: Villagra, que venía más frío que banco de suplentes en invierno, se iba de River por una cifra que haría sonrojar hasta al mismísimo Ricardo Fort. La operación se cerró en tiempo récord, con Villagra ejecutando su cláusula a través de la billetera abultada del grupo Gillett. La dirigencia de River, con la plata supuestamente en camino, ya se imaginaba presentando a Kevin Castaño como refuerzo, un enroque que tenía más ingeniería financiera que el pase de Caniggia a Roma.
¿Y la plata dónde está? Villagra, entre el limbo y la cinta de correr
Sin embargo, el pago brilla por su ausencia. No solo eso, sino que el destino futbolístico de Villagra es tan incierto como el futuro del Kun Agüero en el picado de los jueves. Esta desprolijidad hizo que en River pongan el grito en el cielo y le den un ultimátum al grupo inversor: o aparece la plata o Villagra vuelve a ser un problema de ellos. «Acá no somos la Casa de la Moneda», parecen decir desde Núñez.
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Plan B: ¿Vuelve Villagra a River o aparece un nuevo pretendiente?
Por ahora, en River descartan que Villagra se reincorpore al plantel. La idea es mantener el acuerdo de rescisión, como quien espera que le paguen un asado prometido. Pero la paciencia tiene un límite, y en Núñez ya empiezan a mirar el reloj. ¿Aparecerá la plata de Gillett o tendrán que salir a buscar un nuevo comprador para Villagra, cual feriante ofreciendo la última docena de empanadas antes de cerrar el puesto? La novela continúa…