River le ganó a Universitario en Lima por la Libertadores, pero ¿alcanza con eso para ilusionarse? Un triunfo clave para el equipo de Gallardo, que venía con dudas, pero que deberá mejorar mucho para pelear el título.
River ganó en Lima, pero ¿convenció?
Contra un Universitario que en el primer tiempo pareció el Deportivo Mandiyú del 95, River se llevó un triunfo vital para levantar cabeza después de un arranque de año flojo. Los de Gallardo metieron un gol tempranero y se acomodaron, aprovechando la timidez inicial de los peruanos, que parecían más preocupados por pedir autógrafos que por jugar. Pero ojo, que después del gol, el Millonario se pinchó como globo de piñata y Universitario, ya en el segundo tiempo, se animó un poco más, aunque sin demasiada claridad. Digamos que si esto fuera boxeo, River ganó por puntos, pero sin noquear.
Lo mejor del triunfo de River ante Universitario de Perú
¿Un triunfo que ilusiona o un espejismo?
Si bien es cierto que ganar de visitante en la Libertadores siempre es bueno, hay que ser cautos. No es lo mismo ganarle a Universitario en Lima que bajarse a un Palmeiras en San Pablo. Recordemos que los equipos peruanos ya le han dado algún que otro disgusto a los grandes de Argentina en la Copa.
Este triunfo le sirve a River para encarar con otro ánimo la seguidilla infernal que se le viene, con Libertadores, el Superclásico con Boca (¿pondrá suplentes Gallardo si gana el martes? Mmm…) y la definición del torneo local. Pero seamos realistas, a este River le falta fútbol champagne para ser candidato.
El gran interrogante: ¿Alcanza el poder de fuego?
El planteo es simple: ¿este River tiene con qué para pelear la Copa? Contra equipos como Universitario, que le juegan con el respeto que le tenía Racing a Mostaza Merlo en sus épocas mozas, capaz que sí. Pero el objetivo es otro: volver a ser papá en el continente, y para eso hay que ganarle a los brazucas, que esos no te regalan ni un caramelo.
La duda pasa por el plantel: ¿tiene suficiente peso ofensivo? El tiempo dirá, pero por ahora, más que candidato, River parece un outsider con buenas intenciones. Y como dijo el Bambino Veira alguna vez: «Mejor que digan ‘acá corrió un conejo’, a que digan ‘acá murió una liebre'».
