Luego del papelón en Emiratos Árabes, varios jugadores de River se pusieron las pilas y le complicaron lindo el panorama al Muñeco. Kranevitter y Aliendro le taparon la boca a varios, mientras que los pibes Mastantuono, Meza y Colidio se perfilan para ser titulares contra Riestra. Gallardo, con una sonrisa de oreja a oreja, tiró: «Lo más satisfactorio fue la respuesta del equipo, que habla por si sola».
¿Se le armó un problemón lindo al Muñeco?
Después del bochorno en la Supercopa Internacional (¿alguien se acuerda del Racing de Gago? Bah, ni ellos se deben acordar), River volvió al Monumental con la presión a full. La gente, como era de esperarse, arrancó con chiflidos dignos del peor Caruso Lombardi, pero el equipo, a diferencia de otros planteles que conocemos (guiño, guiño), respondió con fútbol champagne. O bueno, al menos con un espumante de esos que comprás en oferta en el chino.
Si bien el 1-0 contra Atlético Tucumán parece un resultado medio pelo para la cantidad de veces que patearon al arco (38 veces, ¡casi un penal por minuto!), el equipo mostró la garra y la dinámica que lo caracterizaban en la época dorada de Gallardo. Digamos que fue como ver al Barcelona del Pep, pero con menos presupuesto y más empanadas en el entretiempo.
Kranevitter y Aliendro: ¿Las nuevas figuras del mediocampo?
Con Enzo Pérez mirando el partido desde la tribuna (por acumulación de amarillas, no por estar boludeando en el celular), Kranevitter y Aliendro se adueñaron del mediocampo. El Colo, que venía más perdido que el Kun Agüero en un torneo de ajedrez, demostró que todavía tiene nafta en el tanque. Y Aliendro, con la clase que lo caracteriza (¿se acuerdan del golazo que casi le hace a los tucumanos? Una lástima lo del palo), se convirtió en el socio ideal para la distribución del juego. O sea, el Riquelme del equipo, pero sin tantos tatuajes y con menos drama.
Mastantuono, Meza y Colidio: Los pibes que le ponen picante al equipo
Pero la cosa no termina ahí. Los pibes Mastantuono, Meza y Colidio la rompieron toda. El primero, con apenas 17 años, jugó como si tuviera la experiencia de un Ruggeri (pero sin pegar tantas patadas, obvio). Meza, por fin, salió del pozo en el que estaba metido y demostró que puede ser un jugador clave (tipo el Tevez del 2003, bah, en una escala mucho menor). Y Colidio, después del penal errado en la Supercopa (que todavía le debe estar dando vueltas en la cabeza), se despachó con un golazo que calló a todos los críticos. Un golazo a lo Palermo, pero con la zurda y sin tanta cábala.
Colidio puso el 1-0 de River ante Atlético Tucumán
Con este panorama, Gallardo tiene un lindo quilombo para armar el equipo. ¿Repetirá la formación contra Riestra? ¿Volverá Enzo Pérez al ruedo? ¿Le dará más minutos a los pibes? Solo el Muñeco lo sabe. Lo que sí está claro es que, con este plantel, River tiene para pelearle a cualquiera. O al menos para dar espectáculo.
«Lo más satisfactorio fue la respuesta del equipo, que habla por si sola. La imagen del equipo habló por si sola, fue un partido de acuerdo al contexto donde estábamos, haber protagonizado el partido de principio a fin, sometiendo al rival de principio a fin. Estoy muy contento y si teníamos que dar una respuesta, fue muy buena», cerró el Muñeco, con una sonrisa que no le entraba en la cara.
