River perdió la Supercopa Internacional ante Talleres por penales. Armani fue figura, pero el equipo mostró una preocupante falta de rumbo y juego. La derrota agudiza la crisis del Millonario.
River, un papelón en Asunción: Talleres se llevó la Supercopa Internacional en los penales
El Millonario volvió a decepcionar. Cayó 3-2 por penales contra Talleres tras un insulso 0-0 en la Nueva Olla de Asunción. Franco Armani, con una actuación monumental – atajó dos penales, como si fuera poco-, maquilló una noche floja, plagada de bajos rendimientos y con un juego que invita a la preocupación. La figura del Pulpo no alcanzó para tapar el sol con un dedo, ni para evitar el papelón riverplatense.

El uno por uno: ¿alguien se salva del naufragio?
Armani (8) fue, como de costumbre, el bombero de servicio. Si Talleres no ganó en los 90 minutos fue pura y exclusivamente por él. Atajó dos penales en la definición, pero ni San Pulpo puede atajar todo. Montiel (6), con un penal pateado a lo Chilavert en sus peores épocas, fue de lo más rescatable en ataque… una muestra cabal del nivel ofensivo del equipo. El resto, un concierto de imprecisiones y desgano. Pezzella (4) sigue sin encontrar su mejor nivel y Martínez Quarta (5), al límite físicamente, salió lesionado. Casco (4), intrascendente como un saludo de protocolo.
En la mitad de la cancha, Enzo Pérez (5), con 39 años y las piernas de un tractor, intentó poner orden en el mediocampo, pero lo dejaron más solo que Caruso Lombardi en un McDonalds un día de lluvia. Simón (3) y Meza (4) estuvieron más perdidos que el socio de Passarella en los ’90. Mastantuono (5) buscó desequilibrar con su gambeta, pero chocó una y otra vez contra la muralla defensiva cordobesa. Arriba, Borja (4) peleó más con los defensores que con la pelota y Driussi (3), además de una actuación para el olvido, se lesionó. Ni el ingreso del Pity Martínez (5) pudo cambiar el panorama. Lanzini (2) tocó una pelota en todo el partido (y la erró), mientras que Rojas (4) y Kranevitter (2) confirmaron que su presente está muy lejos de las exigencias del Millonario.
Gallardo (3): ¿se le terminó la nafta al Muñeco?
La preocupación no pasa solo por los nombres propios, sino por la falta de identidad y de juego. River juega mal, sin ideas, como un equipo desorientado en un laberinto. La millonada invertida en refuerzos no se ve reflejada en la cancha. “Estamos esperando que vuelva Gallardo, aquel animal ganador”, decía un hincha con la cara desencajada tras el partido. La derrota en la final agudiza la crisis y deja más dudas que certezas. ¿Se le terminó la nafta al Muñeco? La pregunta, aunque incómoda, empieza a resonar cada vez más fuerte en Núñez.