El Kily González, DT de Unión, quedó en la cuerda floja tras la derrota 2-1 contra Aldosivi. Sus declaraciones post partido, con palos para el equipo y un insólito blooper con Julián Álvarez, incendiaron las redes y dejaron su futuro en el club colgando de un hilo.
El Kily González, al borde del abismo en Unión tras la derrota con Aldosivi
La derrota de Unión ante Aldosivi por 2-1 en Mar del Plata dejó al Kily González caminando por la cornisa. El Tatengue jugó mal, perdió y el DT, como si fuera Mostaza Merlo en sus peores épocas, no se guardó nada. «No puedo creer el partido que hemos hecho. En el fútbol hay que tener humildad y hoy no estuvimos a la altura», disparó, con una bronca que se podía cortar con cuchillo.
«Le quiero pedir disculpas a la gente de Unión»
El Kily, consciente de la pobre actuación del equipo, no dudó en pedir disculpas a los hinchas. «Vengo sufriendo las críticas desde hace dos años. No nos podemos permitir jugar así. Le quiero pedir disculpas a la gente de Unión”, reconoció. Una frase que resonó fuerte en Santa Fe, casi tanto como el «Me equivoqué y no me doy cuenta» de Caruso Lombardi.
Y como si la derrota y el mal juego no fueran suficientes, el DT protagonizó un blooper digno de Eber Ludueña. Al referirse a Julián Palacios, lo confundió con Julián Álvarez, el campeón del mundo. “Tampoco le quiero quitar méritos a Aldosivi. Si lo hubiéramos empatado en la última de Julián Álvarez estaría diciendo lo mismo”, comentó, para luego corregir su error entre risas nerviosas. Un furcio que, en el contexto del partido y la situación del equipo, no cayó nada bien.
El Kily lanzó fuertes frases tras la derrota ante Aldosivi
¿Se va el Kily? El futuro del DT pende de un hilo
«La actualidad en el campeonato es malísima», sentenció el Kily. Y no le falta razón. Unión está en la parte baja de la tabla y el descontento de los hinchas es evidente. En redes sociales, el hashtag #KilyAndate se convirtió en tendencia. El futuro del entrenador en el club es una incógnita. ¿Aguantará la presión o terminará como tantos otros técnicos, con las valijas en la mano y un pasaje de vuelta a casa? El vestuario, según sus propias palabras, está «totalmente destruido». Un panorama complicado para el Tatengue y su entrenador, que deberán remar contra la corriente para salir a flote.
