La Comunidad de Estados Independientes (CEI), integrada por once países del espacio postsoviético, anunció una drástica reducción en el uso del dólar estadounidense para sus transacciones comerciales internacionales. La medida apunta a fortalecer las monedas locales y disminuir la dependencia de Washington en un contexto geopolítico cada vez más tenso.
Entre los países que integran este bloque se encuentran Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Azerbaiyán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Moldavia. Según cifras oficiales, el 85 % de las operaciones transfronterizas ya se realizan en monedas locales.
Motivaciones detrás de la desdolarización
Esta estrategia forma parte de un proceso de “desdolarización” que cobró impulso tras las sanciones impuestas a Rusia en 2022. Las razones detrás de este giro financiero son múltiples:
- Fortalecer las monedas locales en el mercado de divisas.
- Evitar el impacto de sanciones económicas internacionales.
- Diversificar las reservas mediante activos como el oro.
El presidente ruso, Vladimir Putin, celebró el avance de esta política: “El uso de monedas nacionales en pagos mutuos está ampliándose. Su participación en las operaciones comerciales entre los miembros de la CEI ya supera el 85 %”.
Implicancias para el sistema financiero global
La decisión de este bloque regional tiene repercusiones que exceden sus fronteras. Al disminuir la demanda global de dólares para operaciones internacionales, la moneda estadounidense podría experimentar una pérdida de valor y ver afectado su rol como divisa de reserva global.
Según analistas internacionales, este tipo de acciones erosionan la hegemonía financiera de Estados Unidos y podrían estimular a otras economías emergentes a seguir el mismo camino, estableciendo un escenario donde las divisas locales ganen protagonismo frente al dominio histórico del dólar.
No obstante, los expertos también advierten que la transición a un sistema multipolar en términos monetarios requiere tiempo, acuerdos sólidos y confianza internacional en monedas cuya estabilidad aún está lejos de competir con la estadounidense.
Un camino incierto pero simbólicamente potente
Aunque la CEI no constituye un bloque homogéneo y sus miembros tienen serias divergencias internas —como la propia relación entre Rusia y Ucrania—, esta medida es vista como una declaración política y económica. Una forma de responder a lo que consideran el uso del dólar como instrumento de presión global.
El tiempo dirá si este proceso logra consolidarse o si termina siendo un gesto simbólico. Por ahora, el mensaje es claro: cada vez más países buscan escapar de la influencia del billete verde y recuperar margen de maniobra económica.
Once países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), entre ellos Rusia, Ucrania y Kazajistán, comenzaron a abandonar el uso del dólar en operaciones internacionales. Con un 85 % de sus transacciones realizadas ya en monedas locales, la medida busca fortalecer la soberanía económica de los países, reducir la dependencia del dólar estadounidense y amortiguar el impacto de sanciones internacionales.
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Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
La Comunidad de Estados Independientes (CEI), integrada por once países del espacio postsoviético, anunció una drástica reducción en el uso del dólar estadounidense para sus transacciones comerciales internacionales. La medida apunta a fortalecer las monedas locales y disminuir la dependencia de Washington en un contexto geopolítico cada vez más tenso.
Entre los países que integran este bloque se encuentran Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Azerbaiyán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Moldavia. Según cifras oficiales, el 85 % de las operaciones transfronterizas ya se realizan en monedas locales.
Motivaciones detrás de la desdolarización
Esta estrategia forma parte de un proceso de “desdolarización” que cobró impulso tras las sanciones impuestas a Rusia en 2022. Las razones detrás de este giro financiero son múltiples:
- Fortalecer las monedas locales en el mercado de divisas.
- Evitar el impacto de sanciones económicas internacionales.
- Diversificar las reservas mediante activos como el oro.
El presidente ruso, Vladimir Putin, celebró el avance de esta política: “El uso de monedas nacionales en pagos mutuos está ampliándose. Su participación en las operaciones comerciales entre los miembros de la CEI ya supera el 85 %”.
Implicancias para el sistema financiero global
La decisión de este bloque regional tiene repercusiones que exceden sus fronteras. Al disminuir la demanda global de dólares para operaciones internacionales, la moneda estadounidense podría experimentar una pérdida de valor y ver afectado su rol como divisa de reserva global.
Según analistas internacionales, este tipo de acciones erosionan la hegemonía financiera de Estados Unidos y podrían estimular a otras economías emergentes a seguir el mismo camino, estableciendo un escenario donde las divisas locales ganen protagonismo frente al dominio histórico del dólar.
No obstante, los expertos también advierten que la transición a un sistema multipolar en términos monetarios requiere tiempo, acuerdos sólidos y confianza internacional en monedas cuya estabilidad aún está lejos de competir con la estadounidense.
Un camino incierto pero simbólicamente potente
Aunque la CEI no constituye un bloque homogéneo y sus miembros tienen serias divergencias internas —como la propia relación entre Rusia y Ucrania—, esta medida es vista como una declaración política y económica. Una forma de responder a lo que consideran el uso del dólar como instrumento de presión global.
El tiempo dirá si este proceso logra consolidarse o si termina siendo un gesto simbólico. Por ahora, el mensaje es claro: cada vez más países buscan escapar de la influencia del billete verde y recuperar margen de maniobra económica.