Washington, 26 de mayo.— Donald Trump volvió a acaparar titulares este domingo tras calificar de “completamente loco” al presidente ruso Vladímir Putin. El comentario del exmandatario estadounidense llega en medio de una escalada bélica protagonizada por Rusia, que lanzó una ofensiva aérea de gran magnitud contra ciudades ucranianas, dejando al menos 12 muertos y 79 heridos, según autoridades locales.
“Siempre he tenido una muy buena relación con Vladimir Putin de Rusia, pero algo le ha pasado. ¡Se ha vuelto completamente LOCO!”, escribió Trump en su plataforma Truth Social. Acto seguido, denunció que Rusia “está disparando misiles y drones contra ciudades de Ucrania sin ningún motivo”, en un tono que mezcló alarma con distancia política.
Una crítica doble: Putin y Zelensky en la mira
Las palabras de Trump no se limitaron al Kremlin. También hubo dardos para el presidente ucraniano Volodímir Zelensky, a quien acusó de tener una retórica “que no le hace ningún favor a su país”. Según Trump, “todo lo que dice causa problemas; no me gusta, y más vale que pare”. Estas declaraciones se producen luego de que Zelensky reclamara mayor firmeza internacional tras los recientes ataques: “El silencio de América, y el silencio de otros en el mundo, sólo envalentona a Putin”, advirtió el mandatario ucraniano.
Esta posición crítica de Trump refuerza su estrategia discursiva de mostrarse como un posible mediador, distanciado tanto del accionar de Moscú como del estilo comunicacional de Kiev. Al mismo tiempo, sugiere que su eventual regreso al poder implicaría un enfoque radicalmente distinto en la gestión del conflicto.
El trasfondo del ataque ruso
La ofensiva rusa del sábado se produjo en un contexto especialmente delicado: justo en medio del canje de mil prisioneros acordado en Estambul entre ambas naciones. Según fuentes ucranianas, Moscú desplegó cientos de drones y decenas de misiles en distintos puntos del país, golpeando infraestructura civil y urbana. La acción ha sido interpretada como un intento de presión militar en paralelo al proceso diplomático, o bien, como una ruptura unilateral del entendimiento alcanzado días antes.
Trump advirtió que si Putin busca conquistar la totalidad del territorio ucraniano —y no solo regiones como Donetsk o Lugansk—, las consecuencias internas para Rusia podrían ser severas: “Siempre he dicho que quiere TODA Ucrania, no solo una parte, y quizá tenga razón, pero si lo hace, ¡llevará la caída de Rusia!”, expresó.
Una visión propia del conflicto
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, Trump ha sostenido que la guerra “nunca habría comenzado” si él estuviese en la presidencia. En su más reciente publicación reafirmó esa tesis: “Esta es una guerra que nunca habría comenzado si yo fuera presidente”, y agregó: “Esta es la guerra de Zelensky, Putin y Biden, no de Trump. Solo estoy ayudando a apagar los grandes y horribles incendios que se han iniciado debido a la incompetencia y el odio flagrantes”.
El exmandatario también deslizó la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Moscú si no se detecta voluntad de alcanzar un alto el fuego. Aunque no especificó qué tipo de medidas contemplaría, insinuó que la vía diplomática podría combinarse con presión económica.
Proyecciones y clima preelectoral
Desde su regreso al escenario político con miras a las elecciones de 2025, Trump ha intentado posicionarse como un líder capaz de restaurar el orden global, a diferencia de la administración Biden, a la que culpa por el deterioro de las relaciones internacionales. En ese marco, sus intervenciones en el conflicto ucraniano no solo buscan marcar diferencias estratégicas, sino también sumar respaldo interno en un electorado fatigado por la guerra y la inflación.
En tanto, el conflicto sigue su curso sin señales inmediatas de distensión. Las palabras de Trump podrían reavivar el debate sobre el rol de Estados Unidos en la guerra, justo cuando Europa discute nuevas rondas de ayuda militar y financiera a Ucrania.