Este viernes 15 de agosto, a las 11:30 a.m. hora local (3:30 p.m. ET), se celebra en Anchorage, Alaska, una cumbre histórica entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin. El encuentro se centra en un posible acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania y abordar temas clave como el control de armas nucleares.
Expectativas divididas
Trump aseguró que cree que Putin quiere la paz, pero reconoció que existe “un 25 % de posibilidades de que la reunión fracase”. Afirmó que sabrá “en los primeros cinco minutos” si el diálogo será productivo. “Si es una mala reunión, terminará muy rápido. Y si es una buena reunión, lograremos la paz en un futuro muy cercano”, expresó desde la Casa Blanca.
El presidente estadounidense también reiteró su postura de que la guerra en Ucrania “nunca debería haber ocurrido” y afirmó que si él no estuviera en la presidencia, “Putin ya se habría apoderado de toda Ucrania”.
Putin y su escala en Magadán
Previo a la cumbre, Putin realizó una escala en Magadán, en el extremo oriental de Rusia, donde visitó una planta industrial y se reunió con el gobernador regional. El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que se trata de un “viaje regional en toda regla” antes de emprender las cuatro horas de vuelo hacia Alaska.
“La ciudad es importante. Putin ha estado allí muchas veces, incluso cuando era primer ministro”, destacó Peskov. Debido al cambio de huso horario, el mandatario ruso vivirá dos viernes consecutivos, uno en Magadán y otro en Anchorage.
Europa observa con preocupación
La cumbre genera un alto nivel de inquietud entre los líderes europeos, que han sido excluidos de la negociación directa. Según Nigel Gould-Davies, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, “la posibilidad de que Trump y Putin lleguen a un acuerdo sin incluir a Ucrania ni a Europa es profundamente preocupante”.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, organizó una cumbre virtual con Trump esta semana para reforzar su postura antes del encuentro. Los líderes europeos temen que cualquier concesión territorial a Rusia socave la seguridad de Ucrania y de toda la región.
El punto de fricción: el territorio
Cualquier posible acuerdo de paz debería abordar la ocupación rusa de casi una quinta parte del territorio ucraniano. Esos territorios clave, bajo control de Moscú, son el eje de las ambiciones territoriales de Putin, quien ha intentado sin éxito tomar el país completo desde 2022, a un costo de más de un millón de bajas rusas, según fuentes del Ministerio de Defensa británico y centros de estudios internacionales.
En paralelo, ambos mandatarios sugirieron que si el encuentro es exitoso, se podría organizar una reunión trilateral con Zelensky y posibles representantes europeos para avanzar en un acuerdo más amplio.
Una cumbre que podría redefinir el tablero global
El destino de la guerra en Ucrania, las relaciones bilaterales entre EE.UU. y Rusia, y la estabilidad europea están hoy condicionados por el resultado de una cumbre en el extremo norte del planeta. Y como advierten analistas internacionales, “todo depende de la química entre dos hombres”: Donald Trump y Vladimir Putin.
Este viernes, en la ciudad de Anchorage, Alaska, los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin protagonizan una cumbre histórica con la guerra en Ucrania como eje central. Trump advirtió que hay solo un 25 % de posibilidades de éxito, pero confía en que Putin quiere negociar la paz. Mientras tanto, Europa observa con ansiedad ante la posibilidad de un acuerdo que reconfigure el tablero geopolítico global.
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Este viernes 15 de agosto, a las 11:30 a.m. hora local (3:30 p.m. ET), se celebra en Anchorage, Alaska, una cumbre histórica entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin. El encuentro se centra en un posible acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania y abordar temas clave como el control de armas nucleares.
Expectativas divididas
Trump aseguró que cree que Putin quiere la paz, pero reconoció que existe “un 25 % de posibilidades de que la reunión fracase”. Afirmó que sabrá “en los primeros cinco minutos” si el diálogo será productivo. “Si es una mala reunión, terminará muy rápido. Y si es una buena reunión, lograremos la paz en un futuro muy cercano”, expresó desde la Casa Blanca.
El presidente estadounidense también reiteró su postura de que la guerra en Ucrania “nunca debería haber ocurrido” y afirmó que si él no estuviera en la presidencia, “Putin ya se habría apoderado de toda Ucrania”.
Putin y su escala en Magadán
Previo a la cumbre, Putin realizó una escala en Magadán, en el extremo oriental de Rusia, donde visitó una planta industrial y se reunió con el gobernador regional. El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que se trata de un “viaje regional en toda regla” antes de emprender las cuatro horas de vuelo hacia Alaska.
“La ciudad es importante. Putin ha estado allí muchas veces, incluso cuando era primer ministro”, destacó Peskov. Debido al cambio de huso horario, el mandatario ruso vivirá dos viernes consecutivos, uno en Magadán y otro en Anchorage.
Europa observa con preocupación
La cumbre genera un alto nivel de inquietud entre los líderes europeos, que han sido excluidos de la negociación directa. Según Nigel Gould-Davies, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, “la posibilidad de que Trump y Putin lleguen a un acuerdo sin incluir a Ucrania ni a Europa es profundamente preocupante”.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, organizó una cumbre virtual con Trump esta semana para reforzar su postura antes del encuentro. Los líderes europeos temen que cualquier concesión territorial a Rusia socave la seguridad de Ucrania y de toda la región.
El punto de fricción: el territorio
Cualquier posible acuerdo de paz debería abordar la ocupación rusa de casi una quinta parte del territorio ucraniano. Esos territorios clave, bajo control de Moscú, son el eje de las ambiciones territoriales de Putin, quien ha intentado sin éxito tomar el país completo desde 2022, a un costo de más de un millón de bajas rusas, según fuentes del Ministerio de Defensa británico y centros de estudios internacionales.
En paralelo, ambos mandatarios sugirieron que si el encuentro es exitoso, se podría organizar una reunión trilateral con Zelensky y posibles representantes europeos para avanzar en un acuerdo más amplio.
Una cumbre que podría redefinir el tablero global
El destino de la guerra en Ucrania, las relaciones bilaterales entre EE.UU. y Rusia, y la estabilidad europea están hoy condicionados por el resultado de una cumbre en el extremo norte del planeta. Y como advierten analistas internacionales, “todo depende de la química entre dos hombres”: Donald Trump y Vladimir Putin.