Congreso: donde conseguir una firma es más épico que pasar leyes. La Auditoría, varada. Los billetes ‘bajo colchón’, cómodos.
La comisión $LIBRA, 40 días sin presidente. Un reality. Los ‘aliados’, viendo si disparan. Tensión total. Clásico.
El calendario electoral avanza implacable y la reciente condena a Cristina Fernández de Kirchner inyecta una dosis adicional de tensión en el ámbito parlamentario. En el Congreso, el oficialismo comienza a temer un frenazo significativo en la actividad legislativa.
Unión por la Patria ha intensificado su estrategia de confrontación, mientras que en La Libertad Avanza evalúan que este escenario reduce el margen de maniobra para aquellos gobernadores peronistas considerados ‘aliados’, cuya influencia sobre sus legisladores es clave en cada votación crucial. «Se va a extremar y evidenciar más los que estén de un lado o del otro. Más difícil desmarcarse», sentencia un oficialista de Diputados, reflejando el sentir libertario.
Esta escalada tuvo un episodio notorio la semana pasada, cuando la bancada que lidera Germán Martínez decidió retirarse de la comisión de Asuntos Constitucionales. El diputado Leopoldo Moreau, en un gesto dramático antes de abandonar el recinto, denunció: «La Argentina sufre una peligrosa escalada hacia el autoritarismo. Por esta razón nos vamos a retirar y dejamos asentado que el Estado de Derecho está muriendo”.
Ese mismo día, el oficialismo en la comisión padeció un revés: no logró obtener dictamen para el proyecto que modificaría la composición de la Auditoría General de la Nación, una iniciativa impulsada por el propio presidente de la Cámara, Martín Menem. Les faltó una firma indispensable para conseguir el despacho.
Hasta el momento, en el período ordinario iniciado en marzo, la administración libertaria no ha conseguido sancionar ninguna ley de su autoría, aunque sí logró refrendar el DNU referido a la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
Ahora, su prioridad legislativa es obtener la ‘luz verde’ para el proyecto de Inocencia Fiscal –una variante de blanqueo de capitales– destinado a promover la exteriorización de los dólares “bajo el colchón”. A pesar de la intención inicial de un tratamiento exprés, la iniciativa ya acumula demoras. Persisten dudas sobre los números de la potencial recaudación y, sobre todo, crece la preocupación por el riesgo político que implicaría abrir el recinto en el actual clima de efervescencia.
Desde el bloque oficialista, tras conversaciones con el equipo económico de Luis Caputo, evalúan realizar al menos una reunión informativa esta semana, a pesar del cronograma acotado por los feriados. Si bien admiten las demoras, justifican: «No hay tanto apuro porque las provincias ya están firmando los convenios».
la contraofensiva opositora
Mientras el oficialismo sortea escollos, la oposición articula sus propios embates. En el Senado, Unión por la Patria, fogoneada por el sector de Cristina Fernández de Kirchner, presiona para acelerar la sanción de leyes clave: la que recompone los haberes jubilatorios y la que declara la emergencia en discapacidad. La estrategia contempla buscar la mayoría especial de dos tercios para dificultar un eventual veto presidencial.
Similarmente, en Diputados, el kirchnerismo se alinea con bancadas consideradas ‘dialoguistas’ para «insistir con un tema urticante para el Gobierno»: la creación de la comisión investigadora sobre el caso $LIBRA. Esta iniciativa es activamente bloqueada por el oficialismo y sus aliados.
Ante el bloqueo, distintas bancadas –Unión por la Patria, la Coalición Cívica, Democracia para Siempre y Encuentro Federal– ensayan una nueva vía para sortear el empate en la designación de autoridades de esa comisión. Han presentado un proyecto de resolución que propone un mecanismo alternativo: «será designado como presidente aquel miembro propuesto que cuente con el respaldo de los miembros de la comisión cuyos bloques parlamentarios representen, en conjunto, la mayor cantidad de diputados de la Cámara».
El diputado Maximiliano Ferraro, autor de la iniciativa, expresó su frustración: «Hace 40 días que el oficialismo y sus aliados hacen todo lo posible para bloquearla: manipularon la integración, forzaron un empate en la designación de autoridades, vaciaron la comisión e impidieron que se resolviera en la última sesión».
Para que este proyecto de resolución llegue al recinto y se vote, necesita previamente obtener dictamen favorable –es decir, sortear otro filtro oficialista– en las comisiones de Asuntos Constitucionales, presidida por el libertario Nicolás Mayoraz, y Peticiones, Poderes y Reglamentos, a cargo de Silvia Lospennato del PRO. Si estos espacios no convocan a reunión, la oposición ya anticipa que planea emplazarlos en la próxima sesión parlamentaria. Un escenario más que abona la preferencia del oficialismo por dilatar la apertura del recinto.
alianzas bajo tensión
A la par que se consolidan –o definen– los frentes en el mapa provincial y se acerca el horizonte de las definiciones políticas a nivel nacional, la tensión se traslada a los propios bloques parlamentarios del oficialismo, evidenciando rupturas internas.
Una muestra palpable quedó a la vista en la última sesión. Cuatro diputados radicales se desmarcaron de la decisión orgánica de la bancada que conduce Rodrigo De Loredo de no dar quórum. «Ya está claro que más allá de la pertenencia grupal, la proximidad de las elecciones hace que cada cual juegue su situación particular», reconocen en esa bancada, blanqueando el pragmatismo electoral.
En el bloque del PRO, a la hora de votar la recomposición jubilatoria, nueve legisladores decidieron abstenerse en lugar de votar en contra, como se había acordado en la reunión presidida por Cristian Ritondo.
Consultado, uno de los diputados que se desmarcó adujo: «En el bloque está todo OK. Sólo que comenzó a expresarse cierta tensión con el ninguneo del oficialismo a los bloques aliados en particular y al Congreso en general». La mención al ‘ninguneo’ –la desconsideración, el desplante– revela un malestar creciente.
Entre quienes optaron por la abstención figuraron, en su mayoría, figuras de peso y cercanas al ex presidente Mauricio Macri, como María Eugenia Vidal y la propia Silvia Lospennato, esta última a cargo de una de las comisiones que debe dar dictamen al proyecto de resolución que busca destrabar la comisión $LIBRA. Los hilos de la trama se entrelazan.