Un decreto del gobernador de Corrientes, el radical Gustavo Valdés, alteró a la política local y abrió una frenética ventana de rosca política hasta el lunes a la medianoche. Ese día cierran las alianzas para participar de las elecciones provinciales del 31 de agosto, donde se elige al sucesor de Valdés, y aún hay grandes incógnitas como si el radicalismo local cerrará con La Libertad Avanza o qué harán los peronistas díscolos del PJ.
Junto a Santiago del Estero, Corrientes es una de las dos provincias que este año elige gobernador, por aquel desfasaje de la intervención federal, y concentra mucha atención porque en las encuestas el voto aparece disperso y crece la posibilidad de un balotaje, como en 2009.
En ese marco, el lunes el gobernador publicó un decreto en el que cambió el Código Electoral a una semana del cierre de alianzas y a 69 días de la elección provincial. Con la modificación, el gobernador impide que haya listas en «V» o colectoras invertidas.
Ahora, los candidatos a intendentes de 73 de los 77 municipios (El Caimán, Manuel Derqui, Malvinas y Esquina no van a las urnas ahora) no podrán llevar a dos candidatos a gobernador de distintas alianzas. Aunque suene extraño, el Código Electoral que ahora fue modificado permitía que los candidatos municipales podían llevar dos candidatos a gobernador distintos.
Esto generó críticas de varias fuerzas porque los candidatos ya tenían las alianzas apalabradas. Ahora tienen hasta el lunes para redefinir las alianzas municipales, que van repercutir en los armados de los candidatos a gobernador. Además del mandatario provincial, se eligen cinco senadores, 15 diputados, intendentes y concejales.
«El sistema electoral correntino es un enchastre de por sí, pero tocar el Código a una semana del cierre de alianzas es un escándalo», resume un político local opositor ante la consulta de Clarín. En cada elección provincial, los cuartos oscuros de Corrientes están plagados de boletas.
Un claro ejemplo fue la elección 2021: más de 50 partidos políticos confluyeron en dos alianzas y cada una llevó un candidato a gobernador. Sin embargo, esos dos apellidos estaban en 54 boletas distintas porque cada partido que está dentro de la alianza puede presentar una boleta del candidato a gobernador.
A esa cantidad de boletas se suma que estaban habilitadas las colectoras y las colectoras invertidas o listas en «V», que acaban de limitarse. Según el decreto, si hay una alianza municipal con dos candidatos a gobernador, debe presentarse como una boleta cortada de la lista sábana provincial.
Especulación y argumentos detrás del decreto
Hace cuatro años el oficialismo local ganó con el récord del 76% de los votos. Pero en estos años perdió a miembros importantes de la alianza. Uno es el ex gobernador Ricardo Colombi, que se presenta con su frente Encuentro por Corrientes (ECo).

Ahora, Gustavo Valdés no se puede presentar a un nuevo mandato -lleva dos consecutivos- y podría impulsar a su hermano Juan Pablo Valdés, intendente de Ituzaingó, donde esta semana el gobernador y el jefe comunal inauguraron el mayor puerto del Nordeste junto al ex presidente Mauricio Macri.
También se alejó Pedro «Perucho» Cassani, presidente de la Cámara de Diputados y líder del partido Encuentro Liberal (ELI). Hoy integra el «Grupo Alondra» -que toma el nombre por una primera reunión de dirigentes en un hotel boutique correntino-, que está más cerca de La Libertad Avanza (LLA).
Además del oficialismo, Colombi, Cassani y LLA -que podría postular al diputado nacional Lisandro Almirón-, el Partido Justicialista se encolumnó detrás del intendente de Paso de los Libres, Martín «Tincho» Ascúa. Tras la interna del PJ, Ascúa fue visitado por Cristina Fernández de Kirchner, en su última salida de la Ciudad después de terminar presa en San José 1111.
Pero el peronismo también aparece dividido. La diputada nacional Victoria Tolosa Paz y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, presentaron «Renacer Correntino». Lo definen como una construcción plural con la participación de dirigentes del peronismo, el radicalismo, el vecinalismo y organizaciones sociales. También está en negociaciones para ver cómo cierran alianzas este lunes.

En la oposición sostienen que el decreto de Valdés es un «escándalo» no solo por ser en un año electoral, sino porque lo publicó una semana antes del cierre de alianzas. Creen que buscó romper con las alianzas cruzadas entre sus opositores que ya estaban en diálogo.
En cambio, en el gobierno correntino hablan de una decisión «en salvaguarda de la coherencia y en defensa a del votante». «La medida busca que elijan la misma fuerza política a nivel provincial, porque sino, se produce una sumatoria de boletas, que ya son bastantes. Es simple, sencillo y es razonable», afirmó a medios locales el ministro secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo.
A diferencia de la última elección a gobernador, esta vez habrá más de dos candidatos y el escenario aparece atomizado. La constitución correntina marca que el ganador de la elección a gobernador debe alcanzar el 45% de los votos afirmativos emitidos, o llegar al 40% y sacar una diferencia mayor al 10% del segundo.

Si no se cumplen esas condiciones Corrientes tendrá balotaje, que hoy es un escenario probable, como el que enfrentó a los primos Arturo y Ricardo Colombi en 2009. Pero ante esta oportunidad, la incógnita pasa por saber qué fuerzas de las que se anotarán el lunes llegarán a la posible segunda vuelta.