Cristina Kirchner, crítica de Milei: ¿nuevo rumbo?

Redacción Cuyo News
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Apenas dos días después del multitudinario acto en Plaza de Mayo, la figura de Cristina Kirchner volvió a acaparar la atención, esta vez a través de un mensaje de audio dirigido a sus partidarios. La excusa, otro banderazo en su defensa que, por pedido de la propia exmandataria, se mudó de la puerta de su domicilio a las entrañas del Parque Lezama. Desde su prisión domiciliaria, el foco de su intervención viró bruscamente: la crítica mordaz al «plan económico» de Javier Milei, una advertencia sobre el alarmante aumento de la desocupación y un ataque frontal a la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich.

Contrario a su último discurso en Plaza de Mayo, donde la “proscripción” y el Poder Judicial fueron el blanco principal, esta vez la expresidenta optó por una retórica puramente económica, calificando sin tapujos al Gobierno de Milei como un «desastre social».

El drama de la economía y la fuga de dólares

«Se conocieron los nuevos índices de desocupación. En los partidos del conurbano, el corazón de la industria manufacturera, la desocupación llegó al 9,7% y el Gran Córdoba, otrora orgullo industrial de la Argentina, una cifra parecida, 9,2%», señaló la exmandataria ante los menos de 10 mil militantes que, disciplinados, se agruparon en el anfiteatro del Parque Lezama para escuchar su mensaje de poco más de diez minutos.

La expresidenta no esquivó la delicada situación financiera del país, recordando las deudas provinciales en pesos y, con especial énfasis, la crónica falta de dólares. «Las cuentas públicas necesitan cada vez más dólares. La economía argentina no los tiene y los consume casi con la voracidad del drogadicto. Estamos al horno», sentenció con su particular estilo, lanzando una flecha envenenada: «Estos vinieron a hablarnos de futuro y solo nos trajeron lo peor del pasado».

En el mismo hilo, destacó que tras el levantamiento del cepo cambiario, se «fugó un tercio del préstamo del FMI». «El modelo económico es insostenible y se va a caer», reiteró en sintonía con su discurso previo en Plaza de Mayo, desafiando a las fuerzas de seguridad: «Podrán mandar guardias acá, la Gendarmería y la Prefectura, pero qué problema van a solucionar, si la gente no come policías ni tampoco a Cristina presa. Tarde o temprano, este modelo se cae».

La «señora nefasta» y los «cabeza de tortuga»

La artillería de Cristina Kirchner también apuntó a Patricia Bullrich, a quien responsabilizó por el vallado de la Policía Federal en la intersección de San José y Humberto Primo, donde cumple su prisión domiciliaria. La calificó de manera despectiva como «señora nefasta» y, hacia el cierre de su alocución, instó a la militancia a no dirigirse a su casa, advirtiendo sobre la presencia de los «cabeza de tortuga», su particular apodo para los agentes con indumentaria antidisturbios.

Inicialmente, la manifestación de apoyo a Cristina Kirchner estaba planeada para San José 1111, su lugar de prisión domiciliaria con tobillera electrónica. Pero, al igual que el evento del miércoles anterior –que debía ser una caravana a Comodoro Py y terminó en Plaza de Mayo–, el viernes feriado también sufrió una modificación de último momento. Tras la instalación de un vallado policial por orden de Bullrich durante la madrugada, los organizadores trasladaron la concentración al Parque Lezama, a 20 cuadras de distancia.

Curiosamente, el mismo anfiteatro que fue escenario de actos de Javier Milei y sus seguidores libertarios, ahora congregó al kirchnerismo, desprovisto de un escenario formal y con apenas dos torres con parlantes. No hubo banderas de agrupaciones ni de intendentes o gremios, lo que sugiere una convocatoria más espontánea.

La cita era a las 17. Unos minutos después, un locutor animó a la multitud, que entonó el ya célebre hit «Vamos a volver», la consigna que Cristina Kirchner transformó en un desafío con su mensaje en Plaza de Mayo. Hacia las 17:20, un grupo de bombos se instaló en el centro del anfiteatro, que no lució colmado. Desde la calle Brasil, un bus turístico de la Ciudad de Buenos Aires detuvo su marcha frente al evento, ofreciendo una inesperada vista a los turistas, quienes, celular en mano, capturaron el inicio de la «liturgia peronista».

Poco antes de las 18, Máximo Kirchner hizo su aparición, acompañado por la intendenta de Quilmes y miembro de La Cámpora, Mayra Mendoza.

El diputado nacional, un tanto eufórico, agradeció a la militancia por la respuesta inmediata a dos convocatorias en tan solo 24 horas. «Solamente decirles gracias, gracias por, en 24 horas, poder organizar este verdadero encuentro popular, de haber escuchado lo que dijo hoy Cristina a la mañana, de venirse para acá. Porque una de las primeras condiciones que necesitamos para reorganizarnos es ser ordenados, disciplinados y tener una conducta inquebrantable ante las provocaciones, los aprietes, y las injustas sentencias», expresó Kirchner.

Finalmente, plasmó el «Vamos a volver» como una hoja de ruta para el 2027: «Y como dijo ella hoy, todo esto es menos malo cuando ustedes alzan la voz, pasan por su casa, tocan bocina, gritan, y va a ser menos malo que podamos organizarnos y juntar una mayoría política para que en el 2027 la Argentina vuelva a recuperar la senda que nunca debió abandonar aquel 10 de diciembre del 2015. Muchas gracias por tanto amor, no me va a alcanzar la vida para agradecérselo».

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