¿Cincuenta lucas por romper todo? Parece que alguien está subcontratando el caos. ¿Será que la inflación también llegó al mercado de los disturbios? Lo que no infla es la capacidad de algunos funcionarios para generar controversias.
Kicillof, por su parte, lo niega todo. ¿Será verdad? ¿O es una jugada digna de un tablero de ajedrez político de cuarta? Mientras tanto, los jubilados siguen cobrando dos mangos con cincuenta. Al final, parece que el único que rechazó la oferta fue el barra brava… ¿Tendrá códigos o le pareció poca plata?
¿Oferta que se rechaza?
Un artículo periodístico firmado por Nicolás Wiñazki en Clarín desató una fuerte polémica al afirmar que un funcionario del entorno del gobernador Axel Kicillof, junto a un intendente del Partido Justicialista de un municipio del sur bonaerense, ofreció una suma de dinero a un líder de una barra brava para que este generara incidentes en una manifestación frente al Congreso de la Nación.
Según la reconstrucción del diálogo publicada en el artículo, la propuesta habría consistido en el pago de 50 mil pesos por persona a cambio de «romper todo, provocar, pegar y enfrentar a la Policía para que repriman». El barra brava, según el artículo, habría rechazado la oferta.
La respuesta de Kicillof
La publicación generó una inmediata respuesta del gobernador Kicillof, quien a través de su cuenta de Twitter calificó el artículo como parte de una «maniobra» del gobierno de Javier Milei para desviar la responsabilidad por la represión policial ejercida contra jubilados que se manifestaban en las inmediaciones del Congreso. Kicillof tildó la publicación de «chantada» y «descomposición de la profesión periodística», afirmando que forma parte de una estrategia de los gobiernos «con tendencias autoritarias» para ocultar la realidad mediante la complicidad de la prensa.
La polémica continúa
La acusación y la posterior respuesta del gobernador generaron un intenso debate en la esfera política y mediática. Mientras que desde el oficialismo se insiste en la veracidad de la información publicada, desde el entorno de Kicillof se rechaza categóricamente la acusación y se la considera un intento de desprestigio. «Es una vergüenza. Y es, también, muy grave», sentenció Kicillof en su tuit. La controversia continúa y promete nuevos capítulos en los próximos días.