El Gobierno, cual equilibrista en la cuerda floja, intenta avanzar con la designación de Ariel Lijo para la Corte Suprema en medio de un escenario político turbulento. La suspensión de las PASO y la reciente controversia en torno a la criptomoneda $LIBRA, impulsada por Javier Milei, han añadido capas de complejidad al panorama legislativo. En un movimiento estratégico que recuerda a la resurrección de Lázaro, el oficialismo ha llamado de urgencia al senador radical Víctor Zimmerman, quien se encontraba de licencia, para reforzar sus filas en el Senado.
La Jugada Maestra (¿o Desesperada?) del Oficialismo
El oficialismo propone un cronograma que incluye una sesión el jueves para tratar la suspensión de las PASO y, si los astros se alinean (o los números cierran), una segunda sesión el viernes para debatir la designación de Lijo. Este último, con una oportuna licencia que ha despertado suspicacias dignas de una novela de Agatha Christie, se mantiene expectante. La jugada, acordada con la vicepresidenta Victoria Villarruel y representantes de bloques aliados, busca capitalizar la posible ventaja numérica que ofrece el regreso de Zimmerman. Sin embargo, la aprobación del pliego de Lijo requiere una mayoría de dos tercios, un número que, en el actual clima de tensión política, se asemeja a la búsqueda del Santo Grial.
El Factor Kirchnerista: ¿Un Muro Infranqueable?
El kirchnerismo, que no suele ser precisamente un aliado incondicional del Gobierno, ha expresado su descontento ante la posibilidad de sesionar esta semana, calificando la situación de «circo romano». La resistencia del bloque liderado por José Mayans podría ser un obstáculo insalvable para las aspiraciones del oficialismo. «Difícil que quieran darle dos victorias parlamentarias al Gobierno en su peor semana», señalan algunos analistas, con una dosis de ironía que no pasa desapercibida.
Números Apretados y Fugas en la Oposición
El panorama se complica aún más por las deserciones anunciadas en la UCR y el PRO en relación al pliego de Lijo. Figuras como Alfredo De Angeli, Luis Juez y Carolina Losada han manifestado su oposición, sumándose a la resistencia de otros senadores como Francisco Paoltroni. Con los números tan ajustados, cada voto se convierte en una pieza fundamental de un rompecabezas político que parece imposible de armar. La incertidumbre reina en el Senado, donde la aprobación del pliego de Lijo se presenta como una tarea titánica, comparable a escalar el Aconcagua en ojotas.
