Milei quiso meter a Lijo en la Corte, pero la Corte le dijo «no, pibe, sin licencia no hay fiesta».
Ahora Lijo necesita que el Senado lo apruebe con dos tercios, o sea, misión imposible nivel Tom Cruise en la estratósfera.
El kirchnerismo, como buen opositor, parece que le va a dar con un caño al pliego de Lijo y al de García-Mansilla, el otro candidato que anda dando vueltas por ahí.
Si el Senado rechaza a ambos… ¿la Corte termina funcionando con tres jueces? ¿Se viene el apocalipsis judicial?
Algunos dicen que a García Mansilla solo lo pueden sacar con un juicio político. Otros que si el Senado lo rechaza, chau Mansilla, hasta la vista baby.
Mientras tanto en la Corte: “Tres jueces, cuatro jueces, da igual. Acá la seguimos remando”. Palabras textuales.
Lijo en la cuerda floja: la designación en la Corte pende de un hilo
La posibilidad de que Ariel Lijo se convierta en ministro de la Corte Suprema de Justicia se ha reducido drásticamente tras el rechazo del máximo tribunal a su pedido de licencia extraordinaria. Ahora, su futuro depende de obtener dos tercios de los votos en el Senado, una tarea que se presenta cuesta arriba dado el escenario político actual. Lijo, quien fue designado por decreto por el presidente Javier Milei, «confía en que obtendrá los dos tercios de los votos de los senadores para su designación», pero la oposición no descarta rechazar tanto su pliego como el de Manuel García-Mansilla, quien lleva dos semanas como ministro del máximo tribunal en comisión.
El rechazo de la Corte y la postura inflexible del Ejecutivo
La Corte Suprema, por unanimidad y con la abstención de Ricardo Lorenzetti, rechazó la licencia extraordinaria sin goce de sueldo solicitada por Lijo. El juez federal pretendía asumir en la Corte sin renunciar a su juzgado en Comodoro Py, una posibilidad que el máximo tribunal desestimó. Ante esta situación, la Casa Rosada ha sido tajante: «El pliego no se retira». El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, admitió que no existe un «plan B» para la postulación de Lijo, lo que evidencia la firmeza del Poder Ejecutivo en sostener sus candidatos.
El Senado, escenario de una posible batalla política
Con el rechazo de la Corte, la atención se centra en el Senado. La Comisión de Acuerdos solo ha emitido dictamen sobre el caso de Lijo, y el kirchnerismo busca tratarlo en el recinto con la intención de rechazarlo. La postulación de García-Mansilla aún no cuenta con los votos necesarios para su dictamen en la Comisión. Si el Senado rechaza ambos pliegos, se abre un interrogante crucial: ¿qué sucederá con García-Mansilla, quien ya ejerce como ministro en comisión? Existen diversas interpretaciones. Algunos juristas sostienen que «el Senado con mayoría simple debe rechazar la designación en comisión de García-Mansilla, sino se queda hasta el 30 de noviembre». Otros argumentan que la única vía para remover a un miembro de la Corte es a través de un juicio político. Desde la Corte Suprema, se afirma que García-Mansilla «es un ministro pleno para la Corte» desde que juró el cargo, y que su nombramiento en comisión solo difiere en la forma de ingreso, no en sus funciones ni derechos. Si el Senado rechaza su pliego, «continuará como miembro del máximo tribunal hasta el 30 de noviembre», salvo que se presente una acción judicial que modifique la situación. La posibilidad de que la Corte funcione con solo tres miembros a partir de diciembre es latente, aunque fuentes del Palacio de Justicia aseguran que el tribunal «está preparado para funcionar con tres, cuatro o sus cinco miembros».