Premio a la «Huella Democrática»: ¿Qué legado perdura de Alfonsín?

Redacción Cuyo News
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La Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, que opera como una especie de gran oráculo intelectual de la nación, ha reconocido la labor de Jesús Rodríguez y Alejandro Garvie, otorgándoles un premio por su meticuloso estudio titulado «La Huella Democrática». Este trabajo, que se zambulle en la gestión del expresidente Raúl Alfonsín, fue elogiado por un prestigioso jurado.

La decisión de galardonar a Rodríguez, quien supo desempeñarse como titular del Palacio de Hacienda en un efímero pero intenso lapso entre mayo y julio de 1989, fue rubricada por un trío de académicos de renombre: Ana María Mustapic, Martín Farrell y Horacio Jaunarena.

Tras la recepción de la notificación oficial, una misiva firmada por el presidente académico Rosendo Fraga y la secretaria académica Inés Weinberg de Roca, Rodríguez no tardó en compartir la noticia. El exministro publicó la carta en su sitio web, acompañándola de un mensaje que desgranaba el origen y la trascendencia de esta distinción.

La génesis de la huella

Rodríguez relató que la idea de participar en el concurso surgió de un correo electrónico enviado por el destacado historiador Luis Alberto Romero. «En el invierno pasado, cuando leía un muy interesante texto que revisa y sistematiza la bibliografía sobre violencia política en Argentina, recibí un mail de Luis Alberto Romero, el destacado historiador autor de ese ensayo bibliográfico», recordó.

Romero, que en ese momento se encontraba «en un día con resfrío y fiebre», lo incentivó a participar en el Concurso de Ensayo de la Academia, cuyo tema central era «El gobierno de Raúl Alfonsín». La propuesta resonó profundamente en Rodríguez, quien consideró la vasta cantidad de lecturas realizadas, los «innumerables requerimientos periodísticos» y las «consultas recibidas de muchos académicos que estudiaron ese proyecto político de la inauguración democrática», sin olvidar su «propia experiencia como protagonista de esta histórica etapa de la vida social argentina».

Entre la duda y el anonimato

Aunque su «condición de ‘retiro efectivo’ de la función pública sin responsabilidades partidarias» le brindaba tiempo para ordenar sus ideas, la brevedad de los plazos iniciales desaconsejaba emprender semejante esfuerzo. Sin embargo, un giro inesperado cambió el panorama: «la prórroga de la fecha de presentación del trabajo y, fundamentalmente, la condición de anonimato de los autores que deben presentarse con seudónimos al concurso». Este último punto fue determinante, ya que «solo se devela el nombre verdadero del autor en el caso de ser elegido por el jurado como mejor trabajo presentado».

Con esta garantía de privacidad inicial, Rodríguez se convenció de aceptar el desafío. La elaboración del ensayo se mantuvo en estricto secreto. «Hasta el momento que recibí la nota de la Academia, donde se me notifica de la decisión del jurado que otorga el premio al trabajo ‘La Huella Democrática: Política y Economía en el periodo 1983-1989’ que presentamos con Alejandro Garvie, solo mi familia conocía mi participación en el concurso», afirmó.

Un legado de pasión democrática

Con la discreción convertida en reconocimiento público, Rodríguez expresó su orgullo al compartir la emoción de este logro. Destacó el esfuerzo conjunto con Alejandro Garvie para «transitar, con pasión democrática y ecuanimidad política, ese tramo de la historia argentina que, liderado por el presidente Alfonsín, dejó atrás la violencia como método socialmente aceptado de acción política, consagró la paz con los países vecinos, modernizó la sociedad argentina y enseñó que el respeto a la Constitución es la condición necesaria del progreso social y la realización individual».

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