Hace diez días la agenda les había ocupado la fecha y el horario: los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola debían participar de un acto a las 15 en el Museo del Holocausto. Sin planificación alguna, estaban juntos el día que se conoció el fallo de la Corte Suprema de Justicia que, si bien desestimó el reclamo del Ministerio Público Fiscal respecto a la condena de doce años de prisión por el delito de asociación ilícita, dejó firme la sentencia condenatoria del caso Vialidad. Un rato después, en el sexto piso de Comodoro Py, revisando tres computadoras en simultáneo, mientras apretaban la tecla F5 con marcada ansiedad, aguardaban la noticia más esperada.
El equipo de la fiscalía que lidera Diego Luciani estaba en Comodoro Py, como es habitual. Pero desde el anuncio de la convocatoria a partir de las 16 por parte del presidente de la Corte Suprema de Justicia, para decidir sobre el caso Vialidad, la adrenalina marcó el paso de la tarde.
Después del acto del que participaron juntos, el fiscal general junto a Sergio Mola -con quien intervino en el juicio de Vialidad durante casi tres años- subieron al despacho de Luciani. No es de fácil acceso, se llega por ascensor hasta el séptimo piso y se debe continuar por escalera dos pisos más. Es un sector que da al río, en un recóndito lugar del edificio de Comodoro Py, al que muchos apodan “la cueva”.
Tres computadoras distintas fueron inspeccionadas a partir de las cuatro de la tarde de forma permanente. La acción reiterada, cada vez F5 para actualizar la página de la Corte Suprema como los portales de noticias. La acción era cada vez más reiterada. “Adrenalina, ansiedad, expectativa”, son algunas de las palabras elegidas por parte de los integrantes del equipo de trabajo.
La causa Vialidad fue llevada adelante por un equipo conformado por los dos fiscales y seis funcionarios. Ayer eran trece personas en el despacho principal de Luciani.
Finalmente, ocurrió. Era oficial: La Corte Suprema confirmó la condena a seis años de prisión contra Cristina Kirchner. Algunos leyeron el título principal de los portales de noticias. Otros empezaron a bajar los fallos.
La orden fue imprimir todas las resoluciones y las miradas buscaron inmediatamente la parte resolutiva, donde se corroboraban las desestimaciones. Se leyó en voz alta y el abrazo fue inmediato, acompañado de un aplauso generalizado.
“Fue un instante de mucha tranquilidad a pesar de la adrenalina que significa un momento como éste”, relató alguien del equipo de Luciani.
Todos sintieron que el fallo constituye un “reconocimiento al gran trabajo realizado, al compromiso, esfuerzo y lucha por la verdad y por hacer justicia”.
Al momento de leer en detalle el fallo de los jueces de la Corte, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, se enfocaron en un tramo en particular:
«Las sentencias dictadas por los tribunales anteriores se asentaron en la profusa prueba producida —valorada de conformidad con las reglas de la sana crítica— y en el Código Penal sancionado por el Congreso, sin que se haya demostrado en modo alguno que la decisión apelada no constituya una derivación razonada del derecho vigente de conformidad con las circunstancias particulares comprobadas en la causa, ni que durante el proceso se haya vulnerado alguna garantía constitucional».
Otro párrafo: «El debido proceso ha sido salvaguardado y la recurrente ha obtenido una sentencia fundada en ley».
Para Diego Luciani no fue menor: habló con su equipo y parte de la euforia vivida en el despacho del noveno piso de Comodoro Py y resaltó: “Nos sentimos orgullosos y tranquilos de haber realizado nuestra tarea con profesionalismo y respetando todas los derechos y garantías constitucionales”.
El aplauso irrumpió de nuevo en la fiscalía donde había十三 personas.
Un concepto más se expresó en ese reducido entorno: “Por primera vez vemos una justicia que le pone un limite a la corrupción y no especula. Estamos convencidos que para la justicia Argentina hoy es un día histórico y esperemos que sea el comienzo de una nueva etapa en la que la corrupción no sea sinónimo de impunidad.”
Alguien recordó el día de inicio del juicio oral y público: en esa fiscalía sonó el Himno Nacional “para darnos fuerza y nos abrazamos en ronda como un equipo de fútbol y fue emocionante, hasta las lágrimas”, contó un integrante de ese despacho perdido en el noveno piso de Comodoro Py.