La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó este jueves 31 de julio una reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida, extiende el mandato del jefe de Estado de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral. La iniciativa fue impulsada por el partido oficialista Nuevas Ideas y sus aliados, que dominan el Congreso unicameral.
Con 57 votos a favor sobre 60, la reforma modifica los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Constitución. Entre los cambios más significativos se encuentra la eliminación de la restricción que impedía la reelección inmediata del presidente y la supresión de la obligación de realizar una segunda vuelta si ningún candidato obtiene mayoría absoluta.
Durante el debate parlamentario, la diputada oficialista Ana Figueroa defendió la reforma argumentando que “históricamente la reelección siempre ha existido en El Salvador para casi todos los cargos de elección popular”. Sostuvo que el objetivo es “darle el poder total al pueblo salvadoreño”.
La aprobación se da en un contexto de hegemonía parlamentaria oficialista, donde solo seis legisladores no pertenecen al bloque afín al presidente. Los partidos opositores ARENA y Vamos votaron en contra y calificaron la medida como inconstitucional y antidemocrática.
Críticas desde la oposición y el plano internacional
La diputada Marcela Villatoro (ARENA) expresó su rechazo con dureza: “Hoy ha muerto la democracia en El Salvador”, acusando al oficialismo de “aprobar la reforma sin consulta y de forma cínica”. Denunció además que se busca concentrar el poder político en la figura presidencial.

La reforma aún debe pasar por una segunda aprobación legislativa —como establece el procedimiento constitucional salvadoreño—, lo que se espera ocurra sin cambios dada la mayoría oficialista actual.
El mismo día, el Congreso también debatía la posible 41.ª prórroga del régimen de excepción, vigente desde marzo de 2022, aplicado para combatir a las pandillas.
Bukele y su visión sobre la democracia
En recientes declaraciones públicas, el presidente Nayib Bukele minimizó las críticas internacionales: “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”. En ese mismo discurso, aseguró que términos como “democracia, institucionalidad, transparencia, derechos humanos” son utilizados para “mantenernos sometidos”.
Desde su llegada al poder en 2019, Bukele ha impulsado una serie de reformas que alteraron el equilibrio de poderes en el país. En 2021, una Sala de lo Constitucional reconfigurada por su mayoría legislativa ya había habilitado la posibilidad de reelección inmediata, en contradicción con criterios anteriores.
La reforma constitucional aprobada ahora formaliza y profundiza esa habilitación, consolidando un giro estructural en el sistema político salvadoreño.